El fin de semana pasado me estrené como madrina con mi sobrina Queralt. Una niña simpática, que solo necesita tres palabras para hacerse entender. A saber:
- «Ahá»: SI
- «Na»: NO
- «To»: Todo lo demás.
Tiene año y medio y podría estar cantando y bailando el día entero. Cuando le fallan un poco las fuerzas pide que le leamos cuentos. Y aquí no hace ascos a nadie. Al primero que pilla sentado en el sofá le asalta, le lanza el libro (preferiblemente de animales), se sienta en el regazo y… estás perdido. Comer no es su fuerte, pero tiene vitalidad para dejar arrastrados a todos los miembros de la familia.

El pasado sábado, las personas que más la queremos nos reunimos junto a sus padres para bautizarla y pasamos un día estupendo. A mí me han regalado la posibilidad de poder ser su madrina y espero estar a la altura.
Fue una celebración sencilla y recogida. Bien preparada y participativa, en la que los primos de Queralt -es decir mis tres tesoros- leyeron las peticiones.
Además de prestar atención a la celebración de sacramento estuve pensando en que aproximadamente la mitad de los asistentes no eran personas creyentes. Pensé en la suerte que tengo de poder compartir algo tan íntimo como la fe con mi pareja y en la suerte que tiene mi hermana de haber encontrado a una persona que sabe respetar lo que para ella es sagrado. Creo que no es fácil encontrar el equilibrio en un tema así y que entrenarse en «el respeto» siempre es un reto en la pareja. Respetar las convicciones del otro son palabras mayores, pero no es menos importante respetar las costumbres o las tradiciones de la otra persona.
No solo reparé yo en este hecho. También mis hijos mayores, que saben que no todos en la familia pensamos igual. A ellos la fe les aporta y les interesa, aunque -como a los adultos- también les cueste en algunos aspectos. Están contentos de que su prima haya recibido el bautismo y también de comprobar que «como en nuestra familia somos buenas personas, nos respetamos». Pues a pesar de estar a 40º frente a la playa y de pasarnos el día a remojo, todo parece indicar que Queralt con su bautismo nos ha hecho un gran regalo a todos. @amparolatre