Los niños actúan muchas veces con el objetivo de llamar la atención de los padres, de los profesores o de otros niños, pero no son máquinas de llamar la atención. Tengo una enorme resistencia a zanjar cuestiones inexplicables, situaciones incómodas o interrogantes que los adultos no logramos despejar, con el típico «es que quiere llamar la atención».
A lo largo de la vida de mis hijos he comprobado cómo las «supuestas» llamadas de atención encerraban problemas reales en el colegio, taquicardias provocadas por una medicación mal tolerada o una alergia alimentaria.

En los últimos meses varias veces he tenido que escuchar «esta niña te torea». Pues va a ser que no. Lo que va a ser es que cuando Sara decía que le dolía la tripa y aún quedaba comida en el plato, era que le dolía de verdad.
Hace unos días una amiga me contaba sus peripecias hasta que por fin supo lo que le sucedía a su hijo, que padece una «enfermedad rara» del aparato digestivo. Llegaron a mandar al niño al psiquiatra (lo que me sorprende es que no terminara pidiendo cita ella misma). Lo peor no es lo que a una le toca escuchar, sino toda esa información que recibes a través de las miradas y los gestos y que te dejan hundida en la miseria porque aunque tengas una tremenda intuición de que algo no va bien, eres economista o periodista, pero no médico. Y dudas. Dudas de lo que ves, de lo que haces o dejas de hacer y te sientes una madre horrible.
Por eso, con este tema sale la «rebelde sin causa» que llevo dentro y me enfado como no lo hago con otras cosas.
Por otra parte, ¿y qué si la pataleta solo responde a una llamada de atención? Lo que tendremos que saber los adultos es por qué ese niño quiere que le atendamos más o mejor.
El post de hoy es simplemente un desahogo. No me refiero a esos momentos en los que la pataleta se debe al cansancio o en los que un niño frunce el ceño tozudamente porque toca hacer lo que no quiere, sino a las veces en las que algo sucede en la vida de nuestros hijos y en las que para llegar a la verdad hay que hacer un esfuerzo extra; algo más que optar por el camino fácil. @amparolatre