Muchos padres estaríamos dispuestos a hacer el pino puente si con ello fuéramos a conseguir que nuestros hijos leyeran más. Así que a menudo sucede que sonreímos satisfechos si les vemos con un libro entre las manos, sin preocuparnos por lo que leen, mientras fiscalizamos cada segundo que les vemos delante de una pantalla.
Sin embargo, no todo lo que nuestros hijos van a encontrar en los libros sintoniza con los valores que queremos transmitirles.
Hoy tenía pensado escribir de otro asunto, pero un tuit “SOS” de un padre amigo me ha dejado alucinada. A los editores de Alfaguara se les ha colado unlibro dirigido a niñas de 12 años con trasfondo machista, con mensajes que incitan al acoso y con una invitación constante a pasar de los padres y a mentirles para conseguir lo que quieren. Absolutamente increíble.
El libro en cuestión se titula “75 consejos para sobrevivir en el colegio” y la autora es María Frisa, que firma otros títulos de la misma colección.
Por si acaso el estupor era solo cosa de un par de padres “demasiado preocupones” me he puesto a investigar y me he alegrado, no del despropósito de la editorial, sino de ver que ya se ha pedido la retirada del libro. Además portales especializados en literatura como Lecturalia recogen comentarios negativos de padres.
Algunas de las perlas que la autora, a modo de consejo, recoge en este libro para adolescentes son las siguientes:
- “Siempre, siempre tiene que haber alguien con quien meterse: mejor que ese alguien no seas tú”.
- “Sal con alguien, con quien sea. No importa mucho con quién. Al fin y al cabo, tampoco es para siempre. Lo importante es empezar.
- “La gente popular siempre tiene novio”.
- “No obedezcas nunca a la primera”.
- “Si quieres que tus padres padres te compren algo diles que lo necesitas para el colegio. No decir toda la verdad no es mentir”.
Estas son algunas lindezas que se pueden leer en este libro, publicado en el 2012 y que no es el único de la colección.
Como madre las dos conclusiones a las que llego después de un par de horas rastreando información sobre este asunto es que, del mismo modo que intentamos controlar lo que nuestros hijos ven en la tele (mientras son pequeños), debemos supervisar sus lecturas. La otra es que no hay tiempo que perder para compensar todos estos mensajes a los que están expuestos. Cuanto más sólida sea la relación que tengamos con ellos antes de llegar a la adolescencia, mejor. A partir de ahí, tendrán que ser ellos, con la base que hayamos sembrado, los que no acepten las consignas de aquellas personas que pretendan alejarles de su familia (aunque al llegar a casa quieran encerrarse en su cuarto). Los que tengan la certeza de que hay vínculos que sí pueden ser para siempre (y lo quieran también para ellos) y los que en el colegio no se queden de brazos cruzados ante el acoso y sean valientes para defender a las víctimas. Transmitirles nuestra confianza en que sabrán decidir de manera acertada es otro de los grandes retos. Una de las sorpresas positivas de mi trabajo sobre este asunto esta tarde han sido los mensajes de algunas jóvenes lectoras, que manifiestan su indignación con la escritora: “Las niñas de 12 años no somos tan influenciables. Tenemos suficiente cerebro como para saber que no necesito un novio para ser superior a nadie. Además creo que se puede tener novio sin ser dependiente de él”.
No conozco personalmente a esta chica, ni a sus padres, pero creo que una chica que es capaz de opinar así a esta edad ha recibido una excelente educación. Nuestros hijos deben saber que pueden hacerlo bien.
Independientemente del trabajito que tenemos los padres en casa, no está de más que firmemos donde sea necesario para que libros como éste se retiren de las librerías. @amparolatre