Campaña de Cuaresma 2025
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“Me criaron completamente ajena a cualquier hecho religioso; más bien, siendo contrario a ello, con especial tirria a la Iglesia Católica”, confiesa Julia, una joven española que ha recorrido un largo camino hacia la fe y el bautismo. Desde pequeña se sintió emocionada por las procesiones de Semana Santa, a pesar de no entenderlas. Sin embargo, durante una etapa de su vida estuvo completamente cerrada al catolicismo.
“Yo misma fui radicalmente anti católica, pero después de complicados episodios de mi vida me di cuenta de que Alguien (aún no sabía quién) me quería y me quería viva”.
Ahora, a sus 21 años, Julia Álvarez se bautizará durante la Vigilia de Pascual, en España.
A Jesús por María
“No fue un camino nada fácil, ya que las inquietudes con la posible existencia de Dios no me llevaron directamente a la Iglesia Católica, sino que fueron varios años de tantear, estudiar, experimentar con las diferentes espiritualidades y religiones hasta llegar al cristianismo; y tras ello, (vino) un camino no corto y no fácil hasta llegar a aceptar la denominación católica. No fue algo fácil e incluso perdí amigos por venir de los círculos de los que vengo, pero no podía seguir negando la Verdad”, explica la joven, estudiante de Derecho.
Pero, sin duda, asegura que la mayor ayuda en este proceso de conversión vino de María Santísima.
“Ella es la que me llevó a Jesús tanto por primera vez como las veces que tuve dudas, de su mano siempre encuentro a Jesús incluso en los momentos en los que yo no lo busco”.
La joven española comparte que la catequesis que recibió para prepararse ha sido mucho más profunda que la que reciben los niños.
“Fue de la mano del diácono de mi parroquia, quien tiene una formación excelente y es encantador. Además de eso, hice grupo con más gente de mi edad en mi parroquia, así que participo activamente en las celebraciones; también hacemos adoraciones todos los jueves y suelo ir con los chicos de Hakuna a la hora santa”.
Hoy por gracia De Dios, Julia pasó de aborrecer la Iglesia Católica a inspirar su vida en los santos; incluso confiesa tener una santa patrona:
“Hay varios que me inspiran: santa Catalina de Siena, a quien tomé por patrona por ser tan inteligente y con tanta fe; santa Juana de Arco, por su valentía siguiendo la voluntad de Dios a pesar de ser algo que distaba mucho de lo que se esperaría de ella en su época; san Agustín y san Pablo, por haber sido grandísimos pecadores convertidos en grandísimos santos; Carlo Acutis, por ser ejemplo de la santidad en nuestra era”.
Julia, convencida, invita a otras personas que podrían estar considerando bautizarse con una sencilla frase: ven a casa. “No hay mejor exhortación que esa: ven a casa, al cuerpo de Cristo”.
“Yo me quité los prejuicios sobre el catolicismo gracias a otras personas, en especial dos, que jamás me dirigieron una mala palabra por mis antiguas posiciones y me recibieron con las manos abiertas. El Señor obró a través de ellos para guiarme, estoy segura”.

