"Reposo absoluto" es lo que los médicos del Papa Francisco han prescrito a su paciente, aquejado de una infección pulmonar. Una orden delicada para el Papa, que tiene fama de trabajar sin descanso, a veces a costa de sus vacaciones. "El Papa es infatigable, solo los médicos pueden ponerle en reposo", ha confirmado el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos y estrecho asesor de Francisco, en las columnas del diario italiano La Repubblica.
En su habitación del décimo piso del edificio principal del Policlínico Gemelli, Francisco ha alternado la oración, el descanso, la lectura de los periódicos y, según una fuente vaticana, el estudio de algunos documentos de trabajo que le han enviado sus colaboradores.
Incluso cuando su cabeza está en el hospital, la Santa Sede sigue funcionando. El Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, pasó cuatro días en Burkina Faso para celebrar el 125 aniversario de la evangelización del país; el Cardenal Michael Czerny, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, se encuentra actualmente en Líbano para ofrecer el apoyo del Pontífice a los habitantes del país; y el Arzobispo Paul Richard Gallagher, eje de la diplomacia vaticana, estuvo en la conferencia de seguridad de Munich durante todo el fin de semana. "La vida continúa", dijo un funcionario vaticano, "todo el mundo sigue con su trabajo como de costumbre".
Sin embargo, un cierto número de decisiones no pueden tomarse sin el acuerdo del Papa: es el caso, por ejemplo, del nombramiento de un obispo o de la publicación de importantes documentos elaborados por los dicasterios de la Curia. "Algunos nombramientos, en particular, han sido anticipados", dijo un funcionario de la Santa Sede.
Del mismo modo, sin la intervención del Papa, cuestiones importantes de la vida de la Iglesia corren el riesgo de retrasarse. Y una cierta centralización del modo de gobierno instaurado por Francisco, en particular desde su reforma constitucional de la Curia romana en 2022, hace que este riesgo sea aún mayor.
Una zona gris canónica
Desde un punto de vista canónico, las cosas están muy claras en caso de fallecimiento del Papa: el poder se confiaría entonces, durante el periodo de vacante, al camerlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell. Él se encargaría entonces de los asuntos corrientes hasta la elección del nuevo Papa.
Pero el derecho canónico no lo prevé todo, en particular cuando el Papa cae enfermo y debe ser hospitalizado. "El Papa sigue siendo el Papa incluso en el hospital, independientemente de su salud", asegura un canonista que ha trabajado en la cuestión del impedimento del Papa al más alto nivel.
"En el caso actual, el Papa todavía puede delegar. Y si un prefecto u otro funcionario de la Curia necesita enviarle un mensaje, puede pasar por la Secretaría de Estado como de costumbre, y su petición será transmitida al pontífice", asegura el canonista.
La Santa Sede insiste actualmente en que el Papa está consciente, a pesar del fuerte tratamiento que ha recibido (sobre todo con cortisona). Según una fuente vaticana, participó en la redacción del texto publicado por el Vaticano el domingo para el Ángelus.

La carta de renuncia del Papa
La situación sería muy diferente si estuviera en coma o sufriera una incapacidad mental crónica. En ese caso, la Santa Sede se encontraría en un callejón sin salida jurídico, ya que solo el Papa puede decidir dimitir, y nadie tiene el poder de "impedírselo".
Teniendo esto en cuenta, el Papa Francisco -como Pío XII y Pablo VI antes que él- ha redactado una carta de renuncia. Entregada a uno de sus más estrechos colaboradores al inicio de su pontificado, este documento, una vez autentificado por el Colegio Cardenalicio, debería teóricamente permitir poner fin al pontificado si Francisco ya no estuviera en condiciones de hacerlo. Sin embargo, la validez de este procedimiento sigue siendo objeto de debate entre los canonistas, ya que algunos juristas cuestionan la validez de este acto.
Pero el problema persiste cuando la capacidad del Papa para gobernar es incierta. "Hay un matiz entre una situación de impedimento total, que está claramente definida por el derecho canónico -es el caso de que el Papa simplemente no pueda hablar-, y una situación de impedimento simple, en la que corresponde al Papa decidir si puede o no gobernar", analiza el canonista. "Esta zona gris es consecuencia de la total libertad del Papa y del poder plenario vinculado a su misión", explica.


