Las semanas posteriores a la llegada de una nueva vida al mundo son una etapa hermosa pero abrumadora. Si estás en el "cuarto trimestre", aquí tienes cinco pequeñas cosas que puedes hacer para mejorar mucho tu estado de ánimo, cuerpo y sensación de bienestar.
1ropa todos los días y pijama por la noche
Uno de los actos más poderosos de autocuidado es sorprendentemente sencillo: vestirse, aunque sea a mediodía, y ponerse el pijama por la noche, aunque te vayas a la cama a las 8:00. Este pequeño ritual aporta una sensación de orden al caos.
2Pasa en la cama todo el tiempo que puedas cada noche
Si tu bebé se despierta mucho por la noche, te puede ayudar acostarte pronto y quedarte en la cama todo lo que puedas para dormir el mayor número de horas posible.
Aunque tu bebé se despierte cada 2-3 horas, puedes dormir entre 6 y 8 horas (repartidas en pequeños bloques) si te quedas en la cama, por ejemplo, desde las 20:00 hasta las 8:00. Puede que no necesites hacerlo todas las noches, pero puede ser una buena estrategia cuando estés muy cansada.
3Ten a mano tentempiés nutritivos fáciles y rápidos
Abastece tu cocina con alimentos nutritivos y fáciles de tomar que favorezcan la recuperación de tu cuerpo. Puedes optar por frutos secos, yogur, plátanos, zanahorias y hummus, y bayas frescas. No tendrás mucho tiempo para preparar platos elaborados, pero comer alimentos ricos en nutrientes sanará tu cuerpo y te levantará el ánimo.
4Di sí a la ayuda
Nuestra cultura de independencia puede hacernos reacios a aceptar ayuda, pero esta época es uno de los momentos de la vida en que más se necesita. Cuando los amigos te ofrezcan una comida, cuando la familia quiera coger al bebé para que puedas ducharte, cuando alguien se ofrezca a llevar a tus hijos mayores al parque… di que sí.
5Toma atajos
Siempre que puedas, opta por la "opción fácil", ya sean platos de papel, cenas congeladas o dejar que tu hijo pequeño vea la tele para que tú puedas echarte la siesta. Subcontrata todo lo que puedas mientras estás en "modo supervivencia" cuidando a un bebé mientras te recuperas del parto.
Un sacrificio que merece la pena
Recuerda, hermosa mamá, que esta temporada es pasajera. En este momento estás viviendo las partes más profundas y duras de tu vocación ordenada por Dios. Como dijo una vez C.S. Lewis: "Los hijos no son una distracción de un trabajo más importante. Son el trabajo más importante".
Estos pequeños momentos de cuidado -tanto para tu bebé como para ti misma- son actos de amor. Sé amable contigo misma, busca la alegría en los pequeños momentos disfrutando de tu precioso bebé y confía en que el viaje de la maternidad se hará más fácil con el tiempo.
Tu cuerpo ha hecho algo increíble. Tu valor no se mide por tu productividad, el estado de tu casa o lo rápido que te "recuperas". Tu valor es inherente, como hija amada de Dios.