Con más de 1.5 millones de descargas, 25 millones de oraciones completadas y 35 mil calificaciones como la mejor app en el teléfono de los usuarios, Hallow es la app número uno en el mundo católico. Es usada incluso por Jesucristo -Jonathan Rumi, que interpretó a Jesús en The Chosen- el Padre Mike Schmitz, Mark Wahlberg, Bishop Barron e incluso la estrella pop Gwen Stefani. En exclusiva, el CEO, Alex Jones, comparte para Aleteia la historia detrás de esta aplicación.
"Empezamos Hallow usando nuestras propias tarjetas de crédito y nos dimos cuenta, rápidamente, de que nos estábamos quedando sin dinero y necesitábamos financiación real para apoyar el trabajo que estábamos haciendo", confesó.
Pronto presentaron la idea a un montón de personas para que invirtieran en el proyecto. Solo recibieron "no" por respuesta.
"Recuerdo que me senté y simplemente oré: 'Dios, mira, debes haberte equivocado de persona. No puedo soportar esto. Es demasiado peso. No puedo hacerlo. Voy a hacer un trato contigo, y es este: te prometo que si esto funciona, siempre te daré el crédito a ti. Nunca trataré de convencerme de que soy exitoso. Me rindo a tu plan, está bien. Haz con ello lo que quieras. Si funciona, es tuyo, si no funciona, también es tuyo'".
Poco después se reunieron con una persona que estaba emocionada con la posibilidad de invertir. "El Evangelio de ese día era sobre Pedro tratando de pescar y no encontraba peces en el mar. Sentía que era Pedro. Sentía que estaba tratando de pescar y no había peces, todos decían que no. Y dos minutos después de leer ese evangelio, esa persona nos hizo una oferta para financiar completamente lo que necesitábamos, y luego recibimos tres o cuatro ofertas más, que fueron más de lo que necesitábamos".
Alex reconoce: "Fue Dios diciéndome 'mira, necesito que dejes ir esto y me dejes manejarlo. Es demasiado para ti. Quiero que me lo entregues'. Para nosotros eso fue lo que realmente nos enseñó todo esto; lo que realmente hemos aprendido es simplemente entregárselo todo a Dios".
Al joven fundador le gusta decir que fue "el buen Dios" quien creó Hallow, cuando él solo tenía 25 o 26 años.
Meditación como retorno a casa
Criado como católico por su madre, se alejó de su fe en la secundaria, y en la universidad se habría declarado agnóstico-ateo. Al graduarse comenzó a interesarse cada vez más por la meditación, usando aplicaciones seculares. Pensó que eran herramientas geniales.
"Cada vez que 'meditaba' sentía una extraña atracción hacia algo espiritual, algo cristiano, como el nombre de Jesús, la imagen de la Cruz o las palabras 'Espíritu Santo'". Le parecía extraño porque se consideraba agnóstico.
Comenzó a preguntar a amigos, sacerdotes y pastores que conocía: "Oye, ¿hay alguna relación entre esta cosa de la meditación y esta cosa de la fe?" La respuesta fue sorpresiva. "Todos se rieron de mí y dijeron: 'Sí, lo hemos estado haciendo durante 2 mil años. Probablemente deberías haberlo escuchado, se llama oración'", compartió.
"Busqué en Google cómo hacer la Lectio Divina, y abrí la Biblia al azar en Lucas 11, donde los discípulos le piden a Jesús que les enseñe a orar, y él les da el Padre Nuestro. En la Lectio Divina eliges una palabra que te llame la atención del pasaje bíblico y meditas sobre ella, y la palabra que me llamó la atención fue 'santificado' (hallow en inglés) o 'santificado sea tu nombre' (hallowed be thy name)".
"Fueron solo 10 minutos en la comodidad de mi propio hogar los que cambiaron completamente mi vida. Me regresaron a mi fe. Entonces pensé, ¿qué significa 'santificado'? ¿Ser santo? ¿Está Dios tratando de hacerme santo? ¿Se supone que debo ayudar a otras personas a crecer en santidad?", explicó Alex.
Y continúa: "Me gustaba la estructura de esas aplicaciones que había estado usando, así que construimos la primera versión solo para ayudarme a crecer más profundamente en mi relación con el Señor. Estudiaba ingeniería mecánica; en Notre Dame aprendí un poco de programación, así que tomé algunos cursos gratuitos en línea sobre cómo construir una aplicación, que es un lenguaje de programación diferente, y así construimos la primera versión. Era bastante mala, pero funcionaba".
Una ayuda personal que se convirtió en ayuda para todos
Actualmente, Hallow es una aplicación de oración y meditación para crecer más profundamente en la relación con el Señor, pasar más tiempo en silencio y formar una práctica contemplativa y meditativa diaria. "Casi como si estuvieras en un retiro", explica su fundador.
Entre las miles de oraciones y meditaciones diferentes hay contenidos en diferentes idiomas, para familias y niños.
"Nos asociamos con creadores de contenido fenomenal en muchos idiomas diferentes como el padre Mike Schmitz, Jonathan Rumi o Mark Wahlberg". Además de fortalecer y mantener el hábito diario de oración, Alex considera que también es útil para refrescar la vida de la fe.
"Afortunadamente, o desafortunadamente, el lugar donde muchas personas están pasando la mayor parte de su tiempo es en sus teléfonos, y especialmente en las redes sociales (...) tratamos de tener una presencia que invite a las personas, especialmente a quienes no toman su fe en serio y a quienes se han alejado, a dar un paso atrás de las redes sociales y pasar un tiempo con el Señor".
Testimonios
Jones comparte con Aleteia el testimonio de una mujer que se puso en contacto con el equipo: "Cuando tenía 15 años se había alejado de su fe. Se consideraba atea y se deprimió. Su madre estaba muy preocupada por ella y la hizo descargar la aplicación y crear una cuenta. Decidió quitarse la vida, subió a la bañera y estaba preparándose para suicidarse. Tenía el teléfono al lado de la bañera, en el baño, y lo levantó y dijo: 'Dios, no creo en ti, no creo que seas real, pero te voy a dar una última oportunidad'. Abrió una meditación aleatoria en la aplicación, que era sobre la pasión de Cristo. Ella dijo: 'No sé qué fue, pero me di cuenta en ese momento de que Él murió por mí, que me amaba, que estaba allí conmigo en la habitación. Él levantó su mano, me sacó de la bañera y dediqué el resto de mi vida a servirle'".
Alex ha dedicado los últimos tres años de su vida a servir como misionero, tratando de predicar el amor de Dios. "Para mí, eso es una locura genial. Gloria a Dios. Verlo hacer ese trabajo en las vidas de las personas es... yo trabajaría los próximos 50 años, perdería todo. Todos lo odiarían. No saldría nada de ello. Y si esa es la única historia que obtienes, esa historia de esa niña pequeña, sí, o la historia de esa joven mujer con el Señor, lo haría mil veces. Claro, tendrías que estar loco para no hacerlo".
Antes de finalizar la entrevista, da un consejo a la audiencia: "Recen y entreguen todo al Señor. Esas son realmente las únicas dos cosas que sé o he aprendido. En términos de consejos, eso es todo lo que tengo".