A menudo la gente cae en la superstición porque ve que los demás también creen en ellas. La necesidad psicológica de formar parte de un grupo es fuerte y las supersticiones suelen ser rituales sociales.
Cuando se les pregunta por supersticiones relacionadas con la iglesia, los amigos mencionan, sin dudarlo, cosas como los malos augurios en las bodas: si a alguien se le cae el anillo de casado durante la ceremonia, significa que habrá problemas en el matrimonio. Si los bancos crujen durante la Misa: las almas del purgatorio están presentes en la iglesia.
Algunas personas no pasan por la iglesia "por un atajo" (por ejemplo, por una puerta lateral), lo que trae mala suerte o es una expresión de desprecio a Dios. Cabe suponer que esto se debe a que consideran la iglesia un lugar sagrado en el que hay que mostrar respeto.
Para muchas personas, es importante llevar a casa el fuego de la Pascua el Sábado Santo para asegurar la buena suerte y proteger a la familia de las desgracias (en la antigüedad, el fuego simbolizaba la purificación y la protección contra los malos espíritus).
¿Por qué creemos en supersticiones?
La creencia suele tener su origen en tradiciones familiares o en la falta de confianza en Dios. Como explican los psicólogos, las primeras experiencias, sobre todo en la infancia, tienen un enorme impacto en nuestra percepción del mundo.
Si, por ejemplo, nuestra abuela utilizaba rituales, como traer ramas de abedul de los altares durante el Corpus Christi para proteger la casa y a sus habitantes, la creencia en la eficacia de tales acciones puede haber arraigado en nuestro subconsciente. Aunque muchas de las supersticiones tienen sus raíces en creencias populares, la Iglesia suele desvincularse de tales prácticas, por considerarlas contrarias a las enseñanzas de la fe.
Sin embargo, las supersticiones pueden persistir porque para muchas personas suponen una forma de domar el miedo a lo desconocido y satisfacer la necesidad de control ante la incertidumbre. El Catecismo de la Iglesia Católica informa:
"Caer en la superstición - significa asociar la eficacia de las oraciones o de los signos sacramentales sólo a su dimensión material, con exclusión de las disquisiciones interiores que requieren".
Entonces, ¿por qué creemos en la superstición?
La pregunta toca aspectos profundos de la naturaleza humana y la cultura. Las razones pueden ser muchas, y son tanto psicológicas como sociales. He aquí algunas posibles explicaciones:
1Inmediatez y control
Las supersticiones suelen ofrecer respuestas rápidas y sencillas o rituales que dan la ilusión de control sobre situaciones inciertas. Por ejemplo, pasar por debajo de una escalera o un espejo roto parecen "manejar" el destino, dando a la gente la sensación de que tienen el control sobre sus vidas. Creer en Dios requiere una confianza a más largo plazo y aceptar que no todo está en nuestras manos, lo que resulta más difícil para muchos.
2Falta de un conocimiento más profundo de la fe
Creer en Dios, especialmente en el contexto del cristianismo, requiere reflexión, estudio y esfuerzo espiritual. Las supersticiones, en cambio, suelen ser más accesibles y fáciles de adoptar. Las personas que no exploran su religión en profundidad pueden sucumbir a las supersticiones porque son menos exigentes intelectual y emocionalmente.
3Romper con la religión institucional
Hoy en día, muchas personas se alejan de la religión organizada debido a experiencias negativas, como la desilusión con la institución de la Iglesia. Sin embargo, sigue existiendo en ellas una necesidad de espiritualidad o esperanza, que intentan satisfacer a través de la superstición, la astrología u otras formas de pseudoespiritualidad.
El comienzo del año es una época en la que únicamente queremos saber lo que nos espera. Parece razonable no saberlo, porque si Dios quisiera que conociéramos el futuro, nos lo habría dicho de alguna manera.