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Los cristianos de Alepo oscilan entre la espera y la preocupación

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Bombardement du Collège Terra Santa, à Alep, le 1er décembre 2024.

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Claire Riobé - publicado el 04/12/24
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Las minorías cristianas de Alepo oscilan entre la espera y la incertidumbre tras la ofensiva relámpago de una coalición de grupos rebeldes islamistas el 1 de diciembre. Varios miles de personas ya han huido. Para los cristianos de Alepo, la instrucción es “quedarse en casa”

"No sabemos qué está pasando". En los grupos de discusión de Whatsapp se suceden los mensajes de asombro. Desde hace cuatro días, los aproximadamente 25 mil cristianos de la ciudad de Alepo, en el noroeste de Siria, temen encontrarse en el corazón de un nuevo campo de batalla.

Por primera vez desde el inicio de la guerra civil en 2011, el régimen sirio perdió el control de la segunda ciudad del país el domingo 1 de diciembre. La ofensiva sorpresa, que llegó desde Idlib, cerca de la frontera turca, fue llevada a cabo por una coalición de grupos rebeldes islamistas, liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTC). Los ciudadanos de Alepo temen hoy una reanudación de las hostilidades.

Ante la espera, el silencio

Desde el 1 de diciembre, los barrios cristianos de la ciudad, como Azizieh, están controlados por grupos islamistas. La ausencia de una autoridad civil identificable, así como el recuerdo de los abusos cometidos contra las comunidades cristianas durante la guerra, suscitan una profunda aprensión.

“Hay una gran incertidumbre sobre lo que está pasando; la gente tiene miedo porque no sabe quién estará al frente de su barrio mañana”, afirma una fuente de la Custodia de Tierra Santa, representación oficial de la Iglesia católica en el país. “La gente se va, otros se quedan, no saben muy bien adónde ir. Las instrucciones son: 'Quédense en casa'”, continúa.

Aunque la parroquia católica latina de Alepo informa periódicamente sobre la evolución de la situación, se invita a las familias a guardar silencio y a no expresarse en las redes como medida de seguridad. 

En declaraciones publicadas el 2 de diciembre por Vatican News , el cardenal Zenari, nuncio apostólico en Siria, indicó que la población está cansada después de catorce años de guerra civil y que con la captura sorpresa de Alepo "no sabemos qué deparará el futuro a esta región y para Siria en general". "Todo Oriente Medio está en llamas y los mapas geopolíticos están en desorden", señaló. Pero "los obispos aseguraron a sus fieles que permanecerían en Alepo, al igual que los sacerdotes y religiosos", aseguró.

Un establecimiento franciscano bombardeado

Los temores son aún mayores desde que aviones sirios y rusos bombardearon zonas controladas por estos grupos rebeldes el 1 de diciembre, matando a 15 civiles, entre ellos niños, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Este domingo cayó una bomba sobre el Colegio Terra Santa, establecimiento católico regentado por los frailes franciscanos de la ciudad. Un ataque incomprensible, sobre todo porque el lugar ha servido como centro de apoyo psicológico, humanitario y espiritual a los residentes desde el inicio de la guerra civil.

“No podemos explicar los motivos de este acto, y pedir a la comunidad internacional que intervenga y haga todo lo posible para impedir esta violencia contra una estructura religiosa”, dijeron por teléfono a Aleteia los hermanos franciscanos de la Custodia de la Tierra. "Hay ganas de volver a la normalidad, pero somos conscientes de que lleva tiempo, que esperamos que no sea largo", prosiguen.

Los franciscanos siguen celebrando Misa diariamente, en la que participan “en gran número” los fieles católicos. También proporcionan una amplia asistencia material, en particular mediante la distribución de mil comidas diarias para personas mayores y necesitadas. 

Bombardeo del Colegio Terra Santa

Movilización de oración por la Iglesia

El Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, por su parte, expresó su firme apoyo a los cristianos de la región, en un comunicado de prensa del 2 de diciembre. Invita a las comunidades de Tierra Santa y a todas las iglesias a rezar por la paz en Siria, “martirizada por largos años de guerra y violencia”.

Al mencionar la entrada de la Iglesia en el Adviento, pide que "la palabra de Dios (...) nos invite a mantener la esperanza de una perspectiva de paz". Y añade: "Tomemos esta exhortación y oremos para que se haga realidad para nuestros hermanos y hermanas sirios".

Siria está hoy dividida por la guerra civil en varias zonas de influencia, donde cada beligerante cuenta con el apoyo de diferentes potencias regionales e internacionales. Fue gracias al apoyo militar de Rusia, Irán y el Hezbollah libanés que el régimen sirio logró revertir el curso de la guerra en 2015, retomando gran parte del territorio. Al año siguiente, el régimen de Bashar Al-Assad recuperó la totalidad de Alepo, parte de la cual había estado ocupada desde 2012 por los rebeldes.

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