Tras dos adopciones, vivieron un embarazo inesperado

Muchas parejas que se enfrentan a la infertilidad sienten un llamado a ser padres a través de las adopciones. Algunas de ellas -por supuesto no todas- son bendecidas con una concepción espontánea y un hijo biológico tras la adopción. En sus testimonios podemos leer cómo es ser una familia con hijos adoptados e hijos biológicos.

Elizabeth Marcolini y su marido Matthew intentaron durante años quedar embarazados, pero no lo consiguieron. Decidieron adoptar y, hace tres años, por un giro de las circunstancias, recibieron la noticia de que pronto podrían adoptar a una niña.

Debido a complicaciones tras el parto, Zelie tuvo que permanecer en cuidados intensivos para bebés prematuros durante unas semanas, pero con poco menos de dos meses, pudo volver a casa y recibir el Santo Bautismo.

En su perfil de Instagram, Elizabeth Marcolini describe cómo su corazón estaba lleno de gratitud a Dios porque ella y su marido finalmente pudieron ser padres. "Dios es fiel y siempre cumple sus promesas. Él conoce los anhelos de nuestros corazones. Él ve cuando 'caminamos por fe y no por vista'. Porque es nuestro Padre, siempre nos desea lo mejor".

Cuando su hija Zelie tenía año y medio, Elizabeth y Matthew volvieron a recibir una llamada, inesperada, o al menos un año antes de lo esperado. Justo cuando entraban en la iglesia para participar de la Santa Misa, recibieron una llamada que les anunciaba que podrían ser padres nuevamente; esta vez de una niña negra recién nacida.

Las llamaron Gianna y Gigi. "El sentido del tiempo de Dios y de cuándo suceden las cosas es perfecto", confiesan los Marcolini.

A Elizabeth, que ha tenido mucho apoyo a lo largo del camino de la adopción, a veces le molestaba que la gente comentara: "Ahora que han adoptado, ¡quizá tengan uno propio!"

Esto siempre le punzaba un poco el corazón y solía responder a esos comentarios de forma cariñosa y algo jocosa: "Qué gracioso, ¡yo ya tengo dos hijos propios, mis dos hijas!"

Sin embargo, a veces los milagros ocurren y las parejas se quedan embarazadas espontáneamente tras la adopción. Eso ha quedado demostrado con Elizabeth y Matthew, de nuevo en "el momento perfecto de Dios", como le gusta decir a la madre de tres hijos.

Elizabeth se quedó embarazada tras casi siete años de infertilidad y, en septiembre de este año, tuvieron un hijo, Enzo Pio, al que pusieron el nombre del santo Padre Pío. Así, de forma inesperada, la pareja se convirtió en padres de tres niños menores de tres años, que son su mayor felicidad y tesoro.