La sagrada Biblia contiene numerosos libros que nos enfocan en el amor de Dios y la rectitud con la que el ser humano debe conducir su vida, acorde a la voluntad de su Señor. Es el caso del libro de la sabiduría, pero, ¿cómo podemos hacerla parte de nuestra vida?
La sabiduría vale más que todos los tesoros
El autor del libro de la Sabiduría (7, 7-11), atribuido al rey Salomón, nos centra es que esta cualidad es más importante que las riquezas:
"Supliqué y se me concedió la prudencia;
invoqué y vino sobre mí el espíritu de sabiduría.
La preferí a los cetros y a los tronos,
y en comparación con ella tuve en nada la riqueza.
No se puede comparar con la piedra más preciosa,
porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena
y la plata es como lodo en su presencia.La tuve en más que la salud y la belleza;
la preferí a la luz, porque su resplandor nunca se apaga.
Todos los bienes me vinieron con ella;
sus manos me trajeron riquezas incontables".
En un mundo tan materializado como el nuestro, ¿cómo podemos integrar la sabiduría a nuestro diario vivir?
Elige vivir bien
Todo lo que Dios nos da es parte de su plan de salvación. El Señor nos ama infinitamente y quiere que aprovechemos sus dones con prudencia, no para perdernos, sino para ayudarnos a alcanzar la salvación.
Es ahí donde entra en acción la sabiduría, porque no basta desearla; Dios nos la regala en la Confirmación, como un don del Espíritu Santo.
Y nos ayudará a elegir bien, a ser prudentes en nuestras decisiones, a preferir hacer la voluntad de Dios -aunque eso nos traiga sinsabores humanos- pues es de esperar que no todos estarán de acuerdo con que nos salgamos del molde; sin embargo, nos alcanzará la paz y la tranquilidad de conciencia de estar haciendo lo correcto.
Pidamos a Dios la sabiduría para guiar nuestras vidas con pureza de corazón.