Los españoles no hacen las cosas a medias. Cada año, los habitantes de Ávila, en la provincia de Castilla y León, celebran a su santa con gran ilusión durante nueve días.
El punto culminante de estas celebraciones es la Misa en la catedral el 15 de octubre, a la que este año asistieron 800 personas, seguida de la procesión de la estatua de Santa Teresa por las calles de la ciudad, hasta llegar a la basílica de Santa Teresa, construida en el lugar de la casa natal de la santa.
A pesar de las lluvias de este año, y el cambio de ruta derivado del mal clima, miles de abulenses salieron a las calles para acompañar el recorrido de la imagen.
Este año fue el nuncio del Papa en España, el filipino Bernardito Auza, quien presidió la celebración litúrgica de este martes 15 de octubre. Llamó a Santa Teresa “una gran embajadora de Ávila en todas partes del mundo” y destacó su santidad, oración, valores humanos, empatía e inteligencia.
Al finalizar la Misa, figuras gigantes abrieron la procesión. A continuación desfilaron las cofradías de la ciudad con sus estandartes. Entre aplausos de numerosos fieles, la estatua de Santa Teresa, obra del escultor barroco Gregorio Fernández, fue llevada en procesión junto a la estatua de la Virgen de la Caridad.