Los cristianos tenemos muchos retos en la vida, porque parecerse a Cristo no es sencillo, y menos si queremos serlo de alta fidelidad, recordando que se cataloga de este modo a la capacidad de reproducir un sonido o una imagen con mínimo margen de error, o más aún, como sucede actualmente con las pantallas HD (High Definition o alta definición), que los reproducen de manera más realista.
Sin embargo, reproducir la imagen y la palabra de Cristo con nuestro modo de vivir es en lo único que tendríamos que esforzarnos durante nuestro breve paso por este mundo, como lo hace notar el salmo 39 (5-7):
"Señor, dame a conocer mi fin y cuál es la medida de mis días para que comprenda lo frágil que soy: no me diste más que un palmo de vida, y mi existencia es como nada ante ti. Ahí está el hombre: es tan solo un soplo, pasa lo mismo que una sombra; se inquieta por cosas fugaces
y atesora sin saber para quién".
Dios siempre es fiel
Pero, volvamos a la cuestión de ser fieles a Cristo. ¿Qué implica la fidelidad?
"La fidelidad expresa la constancia en el mantenimiento de la palabra dada. Dios es fiel".
En la vida, nos comprometemos de muchas maneras:
Wn el trabajo en el que firmamos un contrato para prestar nuestro servicio y recibir un pago.
En la escuela cuando nos inscribimos y sabemos que debemos estudiar, esforzarnos para sacar buenas calificaciones y pagar las cuotas a tiempo.
En el matrimonio para amarnos, respetarnos y compartir alegrías y penas, ayudándonos en todo momento, al igual que con la familia y los amigos.
Con Dios es exactamente lo mismo, con la enorme diferencia de que Él permanece fiel aunque nosotros no lo seamos (cfr 2 Tim 2, 13) .
La vida es efímera
Reflexionando, nos damos cuenta de que los seres humanos viven, mueren y, si no fueron influyentes, son olvidados. ¿Cuántas generaciones han pasado antes que nosotros? son innumerables, y lo único que permanece es un recuerdo que se diluye con el tiempo.
Sin embargo, para Dios somos eternos, por eso, entendamos que lo único que vale la pena es vivir para Él, ser cristianos de una pieza, manteniendo nuestra mirada en el abrazo final que nos dará Cristo cuando lleguemos a su presencia.
Que el salmo 90 (9-10) nos centre en nuestro último destino:
"Nuestros años se acaban como un suspiro. Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos".
Y que Cristo nos ayude a permanecer siempre fieles Él.