El mayor ejemplo de perseverancia en la oración, sin duda, es santa Mónica. Cuando su hijo Agustín decidió alejarse de la Iglesia y del catolicismo, optando por tener una vida llena de placeres mundanos y lujuria, santa Mónica oró todos los días por la conversión de su hijo. Durante 15 años le pidió a Dios que lo ayudara a dejar esa vida desenfrenada que tenía, hasta que por fin se convirtió y llegó a ser el gran santo y Doctor de la Iglesia que conocemos hoy en día.
En este video, te compartimos algunos consejos que pueden ayudarte a ser perseverante en tu oración.