Clara Cuevas, una joven mexicana que decidió dejar todo y seguir a Jesús. Antes era reconocida por ser booktuber; actualmente es una influencer católica que inspira a miles de creyentes.
Sus padres siempre le enseñaron el ejemplo de una buena relación con Jesús. Pero mientras iba creciendo, no encontraba su lugar dentro de la Iglesia. Así que simplemente se alejó.
Su sueño hecho realidad: ser booktuber
Clara siempre ha tenido gusto por la lectura. Antes de entrar a la carrera universitaria, sintió el deseo de compartir las reseñas de los libros que leía, así que prendió su computadora, encendió la cámara y subió su primer vídeo para YouTube.
A los meses empezó a recibir libros de las editoriales y se dio cuenta de que su canal estaba teniendo éxito y era impresionante para ella porque creyó haber encontrado la profesión ideal.
"Me identificaban como la booktuber que hablaba de libros y viajaba para promover la lectura. Esa era mi misión en la vida".
Pero, al mismo tiempo, causó una ruptura de ideas en su formación católica porque las personas que conocía, los libros que leía, el entorno en que se envolvía, difundían mensajes sobre lo que estaba en tendencia; temas sobre el feminismo, LGTB y ateísmo.
"Me acuerdo que era una mujer muy enojada. Ya no buscaba tanto leer para promover la lectura, sino leer para demostrarle a la gente que estaba equivocada en lo que ellos creían".
Este estilo de vida no la llenaba por completo. A pesar de los éxitos e invitaciones a ferias de libros importantes, se sentía vacía. Su corazón llamaba por un amor más grande y decidió dejar de subir vídeos a su canal.
"Terminé colapsando, fue horrible, porque de verdad yo dije, entonces, si no soy esto, entonces, ¿quién soy?"
Dios le llamó
Meses después, un día despertó con un gran dolor de cólicos que la llevó al hospital. Ahí le hicieron una ecografía en donde le comentaron que sus ovarios estaban muy inflamados y tendrían que intervenir quirúrgicamente de urgencia. Sintió una angustia enorme porque, aunque era proaborto, no quería perder la oportunidad de ser madre.
"Sentía una impotencia de descubrir que no era tan poderosa como imaginé, realmente no era nadie; era simplemente mi idea de sentir que el mundo lo tenía a mis pies, sin ser nadie".
En ese momento, por primera vez, entabló una conversación sincera con Dios y le dijo en sencillas palabras que se hiciera su voluntad. Pasaron horas, el médico la revisó nuevamente y la inflamación había disminuido drásticamente. El doctor no podía creerlo. La dieron de alta porque ya no había necesidad de operarla.
"Llegué a llorar. Toda esa semana intenté buscar respuesta, porque dije, ya me sanó, pero ¿ahora qué?"
El inicio de una vocación
Su primer instinto fue ir a una capilla de adoración perpetua. Tomó una Biblia para leerla, pero aún no entendía lo que Dios le pedía. Al poco tiempo, habló con un sacerdote que le dijo que tenía que agradecerle al Señor al compartir a los demás lo que a vivido. Pero ella sentía temor porque todos sus espacios de convivencia tenían ideas muy contrarias a las que Dios le pedía.
Un sacerdote del Opus Dei, le ayudó a encontrar las respuestas sobre la verdadera fe.
"Le pregunté mis dudas y todo me lo respondió de una forma que siempre esperé que el feminismo o los grupos intelectuales respondieran".
Decidió que las redes sociales serían el medio para hablar de Jesús. A partir de esa decisión sus redes sociales comenzaron a difundir contenidos sobre visitas al Santísimo, estudios de la fe y oraciones.
Han pasado 5 años desde que inició la evangelización digital y nos compartió que ha sido un camino increíble porque ha conocido personas sedientas de conocimiento por su Iglesia. Eso le animó a iniciar proyectos como Hagamos Comunidad, que es un grupo de pláticas mensuales con un experto; un pódcast llamado Plan D, en donde habla sobre un estilo de vida cristiano; y a través de sus redes personales, donde transmite contenido católico.