Jillian, de 18 años, se graduó en el instituto de Broomfield, Colorado. Su síndrome de Down no fue un impedimento para finalizar sus estudios, ni para pronunciar un emotivo discurso ante un auditorio de 500 personas.
La discapacidad no se interpone en los sueños
A pesar de las muchas dificultades causadas por su discapacidad, la chica ha participado en música, teatro y deportes; y también es Girl Scout. Ball pudo disfrutar del apoyo de sus compañeros y de la comunidad local durante cuatro años.
Su paso por el escenario fue uno de los mejores momentos del instituto. Sin embargo, Jillian expresó su gratitud por mucho más, incluidos los profesores que la desafiaron de diferentes maneras.
La graduada tiene síndrome de Down, pero nunca ha dejado que la discapacidad le impida perseguir sus sueños. "Sigue adelante, incluso cuando sea difícil, y da las gracias a tu familia y amigos", recalcó la joven de 18 años en su discurso de graduación.
Recordó su duro trabajo y dio las gracias a sus compañeros. En declaraciones a los medios locales, los padres de Jillian explicaron que nunca olvidarán la inmensa ansiedad que sintieron cuando el médico del embarazo les informó de que su hija tenía la trisomía 21. "Hubo mucho estrés", dijo Alexis Ball. "Simplemente no sabíamos cómo iba a ser su viaje", añadió.
"Su nacimiento fue un milagro"
El padre de la niña, David, elogió a los adolescentes de la clase de su hija por ser tan buenos con ella, respetándola y dedicándole una palabra amable. "Su comunidad la ha acogido muy bien", dijo. "Ha hecho cosas increíbles y seguirá haciéndolas".
Los padres de la joven de 18 años también reconocieron que la capacidad de comunicarse y establecer vínculos siempre ha sido su punto fuerte. "Para muchas personas con síndrome de Down, hablar es muy difícil y ella siempre ha sido muy elocuente", dijo Alexis Ball. Jillian nunca contó con ninguna concesión.
"Es muy curiosa, inteligente, equilibrada y ha demostrado una capacidad increíble a lo largo de los años", afirma Michelle Grayson, profesora de Jillian durante los cuatro años de instituto.
La estudiante de bachillerato tuvo que asistir a audiciones anticipadas para poder hablar en su graduación. Grayson celebró determinación. "Vine a apoyar a mi alumna y me sentí muy orgulloso de ella. Su nacimiento fue simplemente un milagro", añadió. La profesora calificó a Jillian de pionera, ya que allanó el camino para que otros estudiantes con discapacidades también formaran parte de este tipo de actos de celebración.
Las personas con síndrome de Down cambian el mundo
En Aleteia hemos escrito muchas veces sobre personas con síndrome de Down, demostrando que un cromosoma de más no es una sentencia de muerte y que su talento puede mejorar el mundo. Negocios, complementos de moda, cafeterías de éxito y empresas de panadería y pastelería son sólo algunos de los proyectos llevados a cabo por jóvenes y creativos emprendedores con trisomía 21. Son un ejemplo perfecto de que el síndrome de Down no tiene por qué ser un obstáculo para alcanzar grandes éxitos y desarrollar las propias pasiones.