No se limiten a una "espiritualidad de sillón" y abran las puertas de la Iglesia. Este fue el mensaje que el Papa Francisco transmitió al celebrar la Misa por la fiesta de los dos apóstoles Pedro y Pablo, patronos de la ciudad de Roma, en la basílica de san Pedro, el 29 de junio de 2024.
Durante esta celebración, como es tradición, el 266º Papa bendijo los palios -las fajas blancas que llevan durante las liturgias los arzobispos metropolitanos y que simbolizan su unión con el Pontífice- de los nuevos arzobispos metropolitanos nombrados en los últimos 12 meses. A continuación, recibirán el palio de manos del Nuncio Apostólico -embajador del Vaticano- en su país.
En su homilía, el Papa meditó sobre el simbolismo de la puerta, basándose en las "Puertas Santas" que se abrirán en Roma durante el Año Jubilar 2025, un gran acontecimiento para la Iglesia católica que debería atraer a varios millones de personas a la Ciudad Eterna. Al atravesar estas puertas, los peregrinos podrán "experimentar el amor de Dios", afirmó.
Dirigiéndose a los nuevos arzobispos metropolitanos, les invitó a ser "pastores celosos que abren las puertas del Evangelio y que, con su ministerio, contribuyen a construir una Iglesia y una sociedad de puertas abiertas".
"Tantas veces, las comunidades no aprenden la sabiduría de abrir las puertas", lamentó Francisco al dejar sus notas. Y señaló la tentación de una "religiosidad intimista y consoladora, como nos la presentan hoy ciertos movimientos en la Iglesia: una espiritualidad de sillón".
Durante la celebración, el Papa Francisco recibió también a la delegación del Patriarcado ortodoxo de Constantinopla enviada a Roma por el Patriarca Bartolomé I con motivo de la fiesta de los santos Pedro y Pablo. Este gesto anual de amistad se realiza tradicionalmente en la fiesta de san Andrés (30 de noviembre), patrón del patriarcado, cuando una delegación romana viaja a Estambul.