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Acompañado por los miembros del venerable Cabildo de Guadalupe, el cardenal Carlos Aguiar Retes consagró la Arquidiócesis de México en la Basílica de Guadalupe al finalizar la celebración eucarística de la 1:00 de la tarde. Esta consagración se realizó bajo la intercesión de la Virgen de Guadalupe, san José y san Miguel Arcángel.
Anteriormente, durante la solemnidad de Pentecostés, el cardenal Aguiar había explicado que la decisión de realizar la consagración en este fecha se debe a que la “devoción al Sagrado Corazón es precisamente la expresión del amor de Jesús, y a través de Jesús, de Dios trinidad por nosotros”.
Durante la homilía, el cardenal exhortó a corresponder al amor de Dios como hijos, "corresponder juntos como hermanos unos de otros" y añadió: "¡Qué distinta sería nuestra sociedad si nosotros, los católicos, caminamos en este sentido, que hoy nos recuerda la Palabra de Dios!"
Por eso, aseguró "vamos a hacer esta consagración. Consagrarse es solamente con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque nos participa de su vida sagrada, la vida divina".
La consagración se realizó al finalizar la Eucaristía con las siguientes palabras:
“Dios Padre, al hacer esta consagración, ante todo, pido perdón por todas las transgresiones, violaciones y ofensas, que se han cometido en contra de tu Santo Nombre, de tus mandamientos, de nuestra Fe, de la dignidad de las personas, del Don de la Vida, lesionado por las leyes, que permiten homicidios, despojando a los más vulnerables, inocentes e indefensos, de este primer don y derecho, atentando contra la Familia.
Yo, Carlos Cardenal Aguiar Retes, por la gracia de Dios, creado e incorporado al Colegio Cardenalicio de la Santa Iglesia Romana, y por designación de la Sede Apostólica Arzobispo Primado de México, en este domingo 26 de mayo, Solemnidad de la Santísima Trinidad, con la autoridad que Dios, a través de Su Santa Iglesia me ha otorgado, con gran esperanza, consagro la arquidiócesis primada de México al amor y protección de la Santísima Trinidad por intercesión del Inmaculado Corazón de la Siempre Virgen Santa María de Guadalupe, patrona de México y emperatriz de América, del Patriarca san José, padre adoptivo de Jesús, y de san Miguel Arcángel, príncipe de la milicia celestial.
Me consagro, y consagro a nuestros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, familias y fieles, y a todas las Comunidades parroquiales y eclesiales. Ofrezco todo lo que somos y tenemos, nuestros pensamientos, palabras, decisiones y actos como Iglesia Arquidiocesana, pidiendo por la unidad y la paz, para ser constructores de una Iglesia sinodal y misionera.
Nos comprometemos con entusiasmo en este camino, para Tu mayor gloria y para nuestro bien. Humildemente nos confiamos a Tu misericordia, concédenos la gracia de volver a Tí de todo corazón, vivir en Tu amor y protección, en unidad y en la verdadera paz, que solo Tú puedes dar.
Presentamos nuestro acto de consagración en favor de nuestra Arquidiócesis y de nuestro país, confiando en Tu bendición y Tu providencia, pidiendo nos tengas siempre bajo tu mirada amorosa.
Pedimos la intercesión de nuestra madre, santa María de Guadalupe, que brilla en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza, para que, bajo su resguardo, México pueda mantenerse siempre fiel a Tu voluntad.
Amén”.
Posteriormente, los fieles presentes se unieron al cardenal con la jaculatoria “sagrado corazón de Jesús, en Vos confío”. Como se puede ver en el video de la Arquidiócesis Primada de México - que ya acumula más de 110 mil visualizaciones- al finalizar la consagración los fieles presentes lanzaron vivas a la Virgen de Guadalupe.