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En la Audiencia General del 3 de abril de 2024, el Papa Francisco presentó con tristeza a la multitud los objetos personales de un soldado desaparecido, denunció "la locura de la guerra" y pidió un tiempo de silencio. El Papa ya había recordado a este joven en una audiencia anterior, el 13 de marzo.
"No olvidemos a los mártires ucranianos", dijo el Papa al final de la audiencia general que presidió en la plaza de San Pedro, bajo un cielo gris. A continuación, lamentó "tantas muertes", estrechando entre sus manos el rosario y el librito con el Evangelio y los salmos que pertenecieron a un soldado ucraniano fallecido en Avdijevka, localidad del este del país.
"El chico se llamaba Oleksander - Alexander, [y tenía] 23 años", explicó el Pontífice. Oleksandre, dijo, "había subrayado el Salmo 129: 'Desde las profundidades clamo a ti, Señor, Señor, escucha mi llamada'". "Ha dejado tras de sí una vida", se entristeció el 266º Papa, lamentando su corta edad.
A continuación, el Papa invitó a los miles de fieles presentes a un minuto de silencio "pensando en este joven y en tantos otros como él, muertos en esta locura de la guerra". "La guerra siempre destruye", advirtió, antes de observar un momento de recogimiento.
El Pontífice ya había hablado conmovedoramente del joven Oleksandre durante la audiencia general del 13 de marzo de 2024, cuando acababa de recibir los efectos personales del soldado, traídos por la monja argentina Lucía Caram. Ella había dicho que el soldado ucraniano llevaba este rosario y este Evangelio en el momento de su muerte, y que el Papa se había sentido "conmovido" al recibirlos.