El jueves 14 de marzo, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, en la que autorizó promulgar el decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión del venerable siervo de Dios Esteban Douayhy, patriarca maronita de Antioquía; nacido en Ehden (Líbano) el 2 de agosto de 1630 y fallecido en Kanoubin (Líbano) el 3 de mayo de 1704.
¿Quién fue Esteban Douayhy?
Esteban Douayhy nació en una noble familia libanesa en la que fue formado con esmero en la cuestión moral e intelectual. Ingresó al seminario maronita en Roma a la edad de 11, donde estudió 14 años, doctorándose en Filosofía. Fue un gran defensor de la educación y e investigó sobre la historia y la liturgia maronitas. Fue ordenado el 25 de marzo de 1656.
El 8 de mayo de 1668 fue ordenado obispo de la diócesis maronita de Chipre. El 20 de mayo de 1670, fue elegido miembro de la sede patriarcal de Antioquía como Patriarca de los maronitas y confirmado por el Papa Clemente X, el 8 de agosto de 1672. Emprendió reformas de la Iglesia maronita y sus monjes.
Murió en Kanoubin (Líbano) el 3 de mayo de 1704.
El milagro de la beatificación
El Dicasterio de las causas de los santos dio a conocer que "la curación que abrió el camino a su beatificación fue la de Rosette Karam, madre de tres hijos, que padecía una poliartritis reumática seronegativa que la había dejado discapacitada. Su recuperación "instantánea, completa y duradera" se produjo después de una oración familiar ante la estatua del patriarca, que se encuentra frente a la iglesia de Ehden".
Un beato de muchas cualidades
De acuerdo con el padre Yaacoub Joseph Badaoui Badaoui, de la parroquia de Nuestra Señora de Líbano de la Ciudad de México, "después de san Juan Marón, el fue el segundo organizador de la Iglesia maronita", que se constituyó como Iglesia, como pueblo y como identidad en el monte Líbano, y nombró a los jefes del pueblo maronita.
Además, en su tiempo se fundaron las órdenes religiosas que existen actualmente, siguiendo la tradición "desde san Ignacio de Antioquía hasta ahorita", comenta el padre.
Agrega el sacerdote que el venerable fundó el modelo de la Iglesia maronita de Roma y la de Alepo, y escribió el primer Derecho Canónico, por lo que le llaman "padre de la historia de la Iglesia maronita del Oriente" porque redactó muchos libros y organizó la liturgia.
Una gran alegría
Para el padre Yaacoub, "esto significa que nuestros patriarcas son santos", comenta convencido.
Cabe recordar que la Iglesia católica maronita está en plena comunión con la Santa Sede, por lo que cualquier católico puede acudir a sus bellas celebraciones litúrgicas. Otro punto interesante que destacar es que el patriarca es lo mismo que obispo y que la eparquía que la diócesis.
El padre Yaacoub comparte que, ante la beatificación del patriarca Esteban Douayhy "estamos muy felices, todo el Líbano, católicos y no católicos, cristianos y musulmanes, todos están preparando la fiesta".
Y junto con ellos, la Iglesia católica de occidente se alegra con nuestros hermanos de Oriente, como Jesús quiso:
Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste" (Jn 17, 21).