En España, los laicos católicos han lanzado un rosario nacional el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. Madrid, Barcelona, Alicante, Cartagena, Córdoba, Granada, La Palma, Málaga… Parroquias de al menos 50 pueblos y ciudades han decidido unirse al movimiento y rezar el rosario para pedir a la Virgen María ayuda para unir a su país, considerado en estado de "quiebra moral y espiritual".
En los carteles que anuncian los distintos lugares y horarios en los que se rezará la oración mariana, se repiten dos frases: una de san Antonio María Claret, según el cual "la salvación de España está en el Santo Rosario"; otra de Santa María de las Maravillas de Jesús, "España se salvará rezando".
"La Virgen María es nuestro consuelo y nuestra esperanza. Bajo su manto esperamos con fe y tranquilidad la ayuda que necesitamos”, declararon los organizadores en el "Manifiesto del Rosario por España" publicado el 5 de diciembre.
La amnistía catalana como punto de partida
En Madrid, donde los católicos se congregan desde hace varias semanas, los fieles se reunirán al final de la jornada frente al santuario de la Inmaculada Concepción, a pocos metros de la sede del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), actualmente en el poder. Es contra este último contra el que cristalizan las tensiones.
El 16 de noviembre, el gobierno socialista presidido por Pedro Sánchez fue reinaugurado, lo que permitió a la izquierda mantenerse en el poder. Esta victoria tuvo un precio: para asegurarse los votos del partido catalán Junts, el Gobierno presentó a principios de noviembre un proyecto de ley de amnistía que anula los procedimientos judiciales incoados contra el movimiento independentista entre 2012 y 2023. Estas negociaciones políticas, llevadas a cabo en el mayor secreto, fueron consideradas como una traición por una gran parte del pueblo español. Los opositores a la amnistía independentista la consideran una amenaza para la unidad de España.
Esta decisión fue el punto de partida de varias movilizaciones consecutivas en Madrid, entre ellas las de los católicos. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, y Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. A los fieles, que venían rezando pacíficamente el rosario en las inmediaciones de la sede del PSOE a diario, se les prohibió manifestarse el 28 de noviembre alegando que los organizadores habían incumplido el plazo para obtener la autorización. El iniciador del rosario en Madrid, José Andrés Calderón, fue posteriormente detenido cuando los manifestantes desafiaron la prohibición.
La unidad de España, en el centro del debate político
Si bien el proyecto de ley de amnistía es el detonante de las manifestaciones, los organizadores del Rosario Nacional consideran que "la crisis que atraviesa nuestra patria es mucho más profunda". A la cuestión de la unidad del país ha seguido la de la identidad de España, con la reivindicación de sus raíces cristianas, pero también la denuncia de las opciones sociales del partido socialista. "La nihilista e impía "muerte de Dios" promovida por las élites gobernantes y los grupos de poder está teniendo efectos devastadores en la sociedad", condena el manifiesto de Rosario, que enumera como ejemplos "el genocidio del aborto, la legalización de la eutanasia" y "la destrucción de la familia".