El chef pastelero de El Celler de Can Roca tiene una heladería neurodiversa en los Estados Unidos
En estos tiempos, la palabra “inclusión” se escucha mucho, pero poco cuando se trata de personas con alguna discapacidad. Inspirado en su propio padecimiento que le hizo perder la voz (tiene una distonía cervical, una enfermedad neurológica poco frecuente),el famoso chef postrero Jordi Roca creó junto a su esposa una sede muy especial de su heladería Rocambolesc.
Además de los sabores inspirados en sus postres en El Celler de Can Roca y sus propias vivencias, que seguro resultan en unos helados riquísimos y más asequibles para la gente, el chef Jordi decidió que en su sede de Houston (Estados Unidos) trabajarían personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, DDI y autismo.
Para él, es importante “aumentar la conciencia pública a través de esas oportunidades de trabajo a gente que lo necesita”, dijo en una entrevista a un diario español.
Esto fue posible gracias a una alianza con organizaciones especializadas en programas educativos y de formación en Houston, las cuales ayudan a adolescentes y adultos jóvenes a tener éxito en sus trabajos, permitiéndoles así tener opciones de crecimiento e independencia en su vida.
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