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Durante los cinco primeros días de mayo se celebra en Caravaca de la Cruz una fiesta popular, única e insólita. Tanto que, desde 2004 las Fiestas de la Cruz están consideradas de Interés Turístico Internacional y desde 2020 la UNESCO las ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Rituales con la Cruz
La celebración gira entorno a la Cruz y a una serie de rituales de tipo religioso en los que interviene la reliquia del leño de la cruz de Cristo, como el baño de la cruz y la bendición del vino y las flores o la Bendición de las aguas de la ciudad.
A lo largo de los siglos y de manera espontánea, se fueron articulando y añadiendo diferentes actos y festejos hasta llegar a las actuales Fiestas de la Cruz.
Durante esos 5 días festivos los Caballos del Vino o los desfiles y parlamentos de los Moros y Cristianos también forman parte de la fiesta, que finaliza con una multitudinaria procesión hasta el Castillo. Allí, en lo alto de la población, la Cruz de Caravaca bendice la ciudad, los campos y sus cosechas.
Origen de la Cruz de Caracava
La reliquia de la cruz de Cristo fue descubierta por Santa Elena en Jerusalén en el siglo IV. Se hicieron tres partes: una de ellas se quedó en esa ciudad santa y las otras dos se llevaron a Roma y a Constantinopla.
Según la tradición, la presencia de la Cruz en el castillo fortaleza de Caravaca se remonta al siglo XIII, aproximadamente desde 1232. Fue entonces cuando hizo su aparición de forma misteriosa un 3 de mayo cuando un sacerdote, Ginés Pérez de Chirinos, preso por el monarca musulmán de Valencia, se dispuso a celebrar Misa.
Ceyt Abu-Ceyt tenía tanta curiosidad e interés por presenciar este acto litúrgico, que dispuso que trajeran todos los ornamentos necesarios desde tierra cristiana, en concreto desde la vecina Cuenca. El sacerdote comenzó la Misa en el salón del Alcázar, pero al darse cuenta de que en el altar faltaba un crucifijo, detuvo la Misa.
Aparición de dos ángeles
En ese momento, por la ventana aparecieron dos ángeles que transportaban la Cruz de Caravaca con la reliquia de la cruz, y la depositaron en el altar. Al acabar la celebración litúrgica, el monarca musulmán, toda su corte y ejército, se convirtieron y fueron bautizados.
Después de este milagro comenzó el culto cristiano en estas tierras fronterizas con el Reino de Granada, aún en manos musulmanas hasta que los Reyes Católicos lo conquistaran en 1492, fecha en la que terminó la dominación musulmana en la península ibérica.
Ciudad sitiada
Otra leyenda de esta época (siglo XIII) explica el origen de los Caballos del Vino y su participación en las Fiestas de la Cruz. Cuenta que, cuando el castillo fortaleza de Caravaca pertenecía a la Orden del temple, las tropas musulmanas lo cercaron y toda la población se refugió en su interior.
El agua se acabó, así que los caballeros templarios decidieron salir a buscarla, aprovechando la oscuridad de la noche. Pero sólo encontraron vino- en aquella época la región era vitivinícola- pues las fuentes cercanas y los ríos habían sido envenenados por el enemigo musulmán.
Odres con vino
Cargaron el vino en odres a lomos de los caballos y regresaron velozmente al castillo, corriendo a los lados de los caballos, dos delante y dos detrás. De esta forma protegieron la carga y consiguieron romper el cerco.
El vino fue bendecido por la Cruz de Caravaca y milagrosamente perdió sus propiedades alcohólicas. Se repartió entre la población sedienta y los enfermos y al beber, sanaron.
Los Caballos, protagonistas
Esta gesta se recrea cada año durante las fiestas de la Cruz con la carrera hacia el castillo. El Bando de los Caballos del Vino se encarga de organizar éste y otros actos en los que los caballos son los protagonistas indiscutibles durante 2 días.
El 1 de mayo por la mañana se organiza el Concurso de Caballo a pelo en el que todas las peñas caballistas muestran al animal en su esplendor, le hacen cabalgar o les pasean con calma por las calles de Caravaca para que se pueda contemplar su belleza. Un jurado valora la morfología de cada caballo y se premia a los mejores.
Exhibición de mantos
Esa misma tarde tiene lugar la exposición de enjaezamiento. En distintos locales, las peñas muestran los mantos con los que engalanarán a los equinos al día siguiente para su exhibición antes de la carrera.
El manto es una auténtica obra de arte en la que las distintas peñas invierten muchas horas de trabajo. Lo componen distintas piezas que sirven para vestir al caballo y están lujosamente elaboradas con seda y con hilos de plata y oro.
Carrera de la Cuesta
Al día siguiente se celebra el acto más pasional y multitudinario de las Fiestas de Caravaca: La Carrera de la Cuesta del Castillo.
Es una contrarreloj en la que compiten los diferentes caballos de las peñas y su origen rememora la carrera de los caballeros templarios. En la prueba se determina qué caballo es el más rápido en ascender la empinada cuesta hacia el Castillo de la localidad.
Pero no solo se valora la velocidad, también la pericia de los caballistas que deben correr a la vez que el animal, asidos a sus flancos, dos delante y dos detrás. Deben llegar a meta sin caerse y resistiendo los envites del caballo, guiándole a través de la multitud de gente que se agolpa para ver el espectáculo y se aparta para dejar paso.
En este enlace se puede consultar los ganadores de Caballo a pelo, de enjaezamiento y el caballo ganador de la Carrera de este año.
Ciudad Santa
Participar de las Fiestas de la Cruz de esta población de la región de Murcia es una buena ocasión para disfrutar de la belleza de los caballos y asistir a los distintos rituales religiosos en los que la cruz es protagonista.
Además, esta cruz ha sido reconocida por la Iglesia como “vera cruz” y a todos los peregrinos que vaya a adorarla se les conceden indulgencias. Además, la Iglesia le concedió en 1794 el culto de Latría (igual que al Santísimo Sacramento).
Desde 1998 la Santa Sede concedió a Caravaca de la Cruz el privilegio de la celebración de un Año Jubilar a Perpetuidad cada siete años. El próximo será en 2024.