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5 maneras de vivir la Cuaresma según los Padres del Desierto

footprints in the middle of the desert
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Matilde Latorre - publicado el 09/03/23 - actualizado el 16/02/24
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Conocidos como los Padres del Desierto, los primeros monjes del cristianismo aún iluminan con su sabiduría a las generaciones actuales, sobre todo durante la Cuaresma

¿Quieres vivir una Cuaresma diferente? Te pueden inspirar los consejos que dejaron los primeros hombres y mujeres cristianos que se consagraron a Dios en oración y trabajo, en el desierto de Siria y Egipto, allá por el siglo IV.

Tras las persecuciones contra los cristianos del Imperio Romano -con la promulgación del Edicto de Milán (año 313), que reconoció la libertad de religión- estos cristianos ya no necesitaban mostrar su amor a Cristo con el martirio. Decidieron imitarle, retirándose como Él hizo antes de su vida pública en el desierto. 

Por ello, son conocidos como los padres y madres del desierto: los primeros monjes del cristianismo. Los dos más conocidos son san Antonio Abad, considerado como el fundador de este movimiento eremítico, y Pablo el Ermitaño, el primer eremita, es decir, una persona que decide vivir en soledad para dedicarse a la oración.

Aleteia ofrece algunos consejos que dejaron los padres del desierto y que pueden ser particularmente útiles en Cuaresma, tiempo de preparación espiritual para la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

SAN ANTONIO ABAD

1Busca a Dios como único objetivo

Los padres del desierto buscaban alcanzar la «apartheia», que en su lengua (griego) significa estar libre de las pasiones desordenadas para poner el corazón únicamente en Dios. 

La «apartheia» busca vivir ese estado de paz del corazón ante la tentación. La vida cristiana para ellos consistía, por tanto, en tratar de vivir las virtudes teologales y cardinales, combatiendo así y los pecados capitales o pasiones del alma.

En la Cuaresma, podemos imitar a los padres del desierto, renunciando a lo que nos aleja de Dios y buscando su voluntad en todo.

2Preocúpate por tu salvación

La salvación eterna es algo demasiado importante como para no darle la importancia que requiere, en particular durante la Cuaresma. Los padres del desierto se preguntaban constantemente: «¿Cómo podré salvarme?». Sabían que necesitaban la gracia de Dios para vencer el pecado y crecer en virtud. «Si vivimos como si cada día fuera el día de nuestra muerte, no pecaremos», decía San Antonio, según nos refiere san Atanasio.

En la Cuaresma, podemos imitarlos haciendo examen de conciencia y acudiendo al perdón de Dios en el sacramento de la Reconciliación.

3Vive en soledad y en comunión según tu vocación

Los padres del desierto optaron por vivir solos o en pequeñas comunidades para estar más cerca de Dios y de los hermanos. Practicaban el silencio, la escucha y el consejo mutuo.  

En la Cuaresma, podemos crear espacios de silencio y oración personal, así como participar en las celebraciones litúrgicas, retiros espirituales y obras de caridad.

4Practica la renuncia como despojamiento

Alejándose en el desierto, estos primeros monjes se desprendían de todo lo superfluo y vivían con lo mínimo. Entendían que el verdadero tesoro es el Amor de Dios.

Hacían de la renuncia un programa de vida para poder acoger lo único que cuenta, el Todo, Dios. 

En la Cuaresma, ofrezcamos el sacrificio voluntario por amor a Dios y al prójimo.

5Da sentido al trabajo

Los padres del desierto trabajaban para ganarse el pan cotidiano y para no caer en la ociosidad o en las tentaciones. Ofrecían su trabajo a Dios como una forma de alabanza y de servicio a los demás. 

Realizando nuestro trabajo con alegría, generosidad y diligencia les imitaremos en este tiempo litúrgico.

Estos son algunos consejos que nos pueden ayudar a vivir mejor el tiempo cuaresmal, siguiendo el ejemplo de los padres y madres del desierto. ¿Te han servido estos consejos?

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