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"Las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres dependiendo de lo que hagan ahora", advirtió el Papa Francisco en un discurso extremadamente severo a las autoridades de Sudán del Sur reunidas en el Palacio Presidencial en Juba, el 3 de febrero de 2023.
Acompañado en su 'peregrinación de reconciliación' por el arzobispo de Canterbury y el representante de la Iglesia de Escocia, instó al presidente Salva Kiir y a los vicepresidentes a preocuparse finalmente por un 'pueblo sediento de paz', a respetar los principios del Estado de ley y reanudar el proceso de paz dejado en barbecho.
"Pantano de corrupción", "inundación de violencia", "desbordamiento de pobreza". Bajo el sol abrasador de Juba, donde llegó por la tarde después de su visita de cuatro días a la RDC, el Papa Francisco pronunció palabras muy duras frente a los líderes del país que continúan desgarrándose en un contexto de lucha étnica e intereses financieros.
En su discurso, el obispo de Roma reconoció incluso que "algunas de [sus] expresiones pueden haber sido francas y directas". Pero para él, la dramática situación en la que ha quedado empantanado el país exige una "transformación urgente y necesaria".
¡Es hora de decir basta!
En Sudán del Sur, las luchas internas entre el presidente Salva Kiir – de etnia dinka – y su vicepresidente Riek Machar – de etnia nuer – degeneraron en guerra civil menos de dos años después de la fundación del país, en 2011. Se estima que han muerto cerca de 400.000 personas. Cifras que se suman a los 2 millones de muertos provocados por los conflictos que se sucedieron en la segunda mitad del siglo XX. En total, 4 millones de sudaneses del sur de los 12 millones serían hoy refugiados en países vecinos o desplazados internos.
"Los años de guerras y conflictos parecen no tener fin e incluso, recientemente, se han producido duros enfrentamientos mientras los procesos de reconciliación parecen paralizados y las promesas de paz siguen sin cumplirse, lamentó el Papa Francisco, que había recibido en 2019 los dos opositores en el Vaticano para un retiro espiritual por la paz.
Queriendo sacudir la conciencia de los líderes, los reprendió convocándolos ante el tribunal de la historia. "Las generaciones futuras honrarán o borrarán la memoria de sus nombres en función de lo que hagan ahora", les dijo, implorándoles que no reduzcan su país creado en 2011 "a un cementerio".
"Es hora de decir 'basta', sin 'si' y sin 'peros': basta de derramamiento de sangre, basta de conflictos, basta de violencias y acusaciones recíprocas contra quienes las cometen, basta de abandonar al pueblo sediento de paz. ¡Basta de destrucción, es hora de construir! ¡Que se deje a un lado el tiempo de la guerra y que amanezca un tiempo de paz!". Así tronó el Papa, que minutos antes se había reunido con el presidente a puerta cerrada, antes de dirigirse a los vicepresidentes del país junto al arzobispo de Canterbury y el moderador de la Iglesia de Escocia.
Democracia, justicia y libertad
En su discurso, el Papa insistió en poner ante los ojos de las autoridades vías de salida a la crisis.
En primer lugar, el Papa recordó los principios elementales de una "República". "Significa reconocerse como una realidad pública, afirmar que el Estado es de todos", enseñó. Quienes están al frente del Estado "sólo pueden ponerse al servicio del bien común. Esta es la finalidad del poder: servir a la comunidad", insistió, subrayando que "la tentación que siempre acecha es la de utilizarlo en beneficio propio".
Luego se permitió esperar que los "recursos abundantes" del país "no estén reservados para unos pocos", cuidando de precisar que los "proyectos de distribución equitativa de la riqueza" corresponden bien "a los planes de recuperación económica". Dando a entender que persistían las prácticas mafiosas, también propuso una lista de flagelos que contaminan a cualquier sociedad: "circuitos financieros injustos, intrigas encubiertas para enriquecerse, asuntos clientelistas, falta de transparencia".
En segundo lugar, subrayó que el "desarrollo democrático" es "fundamental para la vida de una República". Esto protege la "distinción beneficiosa de poderes". Así, quien administra justicia "puede ejercerla sin condicionamientos por parte de quien legisla o gobierna", agregó.
"La democracia también presupone el respeto a los derechos humanos, protegidos por la ley y su aplicación, y en particular la libertad de expresar las propias ideas", detalló el Papa Francisco, asegurando que sin libertad no puede haber justicia.
Por un "nuevo comienzo" en el proceso de paz
Deseando hacer de esta histórica visita a Juba la oportunidad de un nuevo comienzo para el país, el Papa argentino abogó por "el proceso de paz y reconciliación" para encontrar "un nuevo comienzo". "¡Vamos a llevarnos bien y sacar adelante el Acuerdo de Paz, así como la Hoja de Ruta!", insistió.
Por su parte, el gobierno había anunciado recientemente que suspendía su participación en las conversaciones de paz en Roma en las que está involucrada en particular la comunidad católica de Sant’Egidio.
En este país donde conviven unas sesenta etnias, el Papa insistió en la necesidad de acabar con el "tribalismo". "Respetarse, conocerse, dialogar", a veces incluso haciendo "concesiones", este es el "camino" para salir de ella, agregó el autor de la encíclica Fratelli tutti, sobre la fraternidad humana.
En esta perspectiva, el Papa abogó por la causa de los jóvenes cuyo papel puede ser "decisivo" para el país. También destacó a las "mujeres" ya las "madres" esperando que se involucren más en los procesos políticos, ellas que "saben dar y conservar la vida".
Reconociendo que "aquí se necesitan muchas cosas", finalmente propuso una serie de "diques" que permitirán que la sociedad de Sudán del Sur avance. "Me refiero al desarrollo de políticas de salud adecuadas, la necesidad de infraestructura vital y, en particular, el papel esencial de la alfabetización y la educación". Al respecto, afirmó que, "como todos los niños de este continente y del mundo, tienen derecho a crecer con cuadernos y juguetes en la mano, no con instrumentos de trabajo ni con armas".
Arzobispo de Canterbury deplora masacres recientes
En su intervención, el arzobispo de Canterbury, por su parte, subrayó el "cansancio" del pueblo de Sudán del Sur, en referencia a las masacres ocurridas el día anterior en el país. Recordando los compromisos adquiridos en 2019, dijo a los líderes políticos que habían "prometido más" de lo que han hecho desde entonces, y les pidió que reanudaran el trabajo de pacificar su país. "Está a tu alcance", insistió.
Justin Welby también subrayó cuánto la presencia a su lado de sus "queridos hermanos en Cristo", el Papa Francisco y el moderador Iain, era "para él una respuesta a otra oración; no mi oración, sino la que es tan antigua como la Iglesia, la oración de Jesús en Juan 17: 'que todos sean uno'", dijo. Cita también retomada por el moderador de la Iglesia de Escocia durante su intervención.
El presidente Kiir, en su discurso, reconoció que uno podría estar descontento con el "ritmo de implementación" de los acuerdos de paz firmados en 2018, pero consideró que "lo importante es que trabajemos juntos". Destacó notablemente la presencia en el gobierno y en la asamblea de su "hermano Riek Machar", su oponente político, vicepresidente del país.