Papa Francisco viajará a África con bastón para pedir paz y justicia

El viaje del Papa Francisco a Sudán del Sur y a la República Democrática del Congo (RDC), que se había previsto para el mes de julio pero se aplazó por los problemas de salud del Sucesor de Pedro con su rodilla, ya tiene nueva fecha: del 31 de enero al 5 febrero de 2023.

El pontífice de las «periferias» regresará a África. Esta vez a dos países que atraviesan una crisis humanitaria y de violencia sin precedentes:

Sudán del Sur está buscando la reconciliación, pero la guerra civil ha dejado demasiadas muertes, destrucción y división. Informes internacionales cuentan centenares de muertes (173 civiles asesinados en menos de cuatro meses en el estado de Unity, según datos de septiembre), violencias sexuales y violaciones de grupo por motivos étnicos y políticos.

Y República Democrática del Congo por su parte que ha salido de unas complicadas elecciones presidenciales, vive una democracia asediada por intereses externos y conflictos sangrientos.

Actores extranjeros, corrupción interna, grupos armados lucran del desequilibrio político y social; multinacionales que también hacen su festín al acaparar los recursos del país: cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán. Mientras una de cada tres personas en la RDC pasa hambre. 

«Reconciliación y paz»,  dos objetivos concretos a alcanzar. Ese fue el mensaje del Papa que el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin entregó en julio a los líderes de Sudán del Sur y RDC para preparar este viaje apostólico, anunciado el 2 de diciembre por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Se trata de un viaje anhelado por el Papa para testimoniar el «ecumenismo de la caridad» en África y visibilizar la dura condición de sus pueblos.

Por ello, realizará este itinerario en compañía de dos líderes cristianos: el arzobispo anglicano de Canterbury, Justin Welby, líder honorífico de la Comunión Anglicana -que fue misionero en África un tiempo-, y Iain Greenshields, moderador de la asamblea general de la Iglesia de Escocia desde 2022, protestante presbiteriana (que no tiene obispos pero sí presbíteros). 

Ambas iglesias, la anglicana y la presbiteriana escocesa, mantienen una importante presencia misionera y con ONGs en Sudán del Sur, país que fue colonia británica.

Precisamente, este mes, el Papa ha pedido rezar para que haya más voluntarios, que en África son una gota de agua fresca en el desierto. Ya se hizo un primer aviso de este viaje conjunto en 2019, pero tiene raíces en 2017, cuando el Papa lo anunció mientras visitaba una iglesia anglicana en Roma. Era la primera vez que un pontífice lo hacía (27.02.2017). 

Apenas se difundió la noticia del logo y del programa, el arzobispo de Canterbury escribió en Twitter: «Estoy muy complacido de que ahora se lleve a cabo una visita histórica a Sudán del Sur con el Papa Francisco y el Moderador de la Iglesia de Escocia. Sucederá en febrero. Juntos compartimos un profundo deseo de solidarizarnos con el pueblo de Sudán del Sur en su sufrimiento». (01.12.2022). 

En efecto, las bandas armadas en Sudán de Sur tiene aún poder, los ‘señores de la guerra’ dominan grandes territorios. Hay expertos que consideran que solo una intervención de las Naciones Unidas podría salvar lo insalvable ante la ingobernabilidad del sistema político actual del país en diversas zonas, dividido entre dos viejos rivales que mantienen una guerra fría y un frágil Acuerdo de Paz: Salva Kiir Mayardit (presidente) y Reik Machar (vicepresidente). 

El viaje apostólico no ha sido fácil de madurar, tanto que ha sido aplazado no sólo por la salud del Papa, también por la inestabilidad de ambas naciones. RDC ha vivido y vive una compleja crisis humanitaria que dura décadas. La crisis bélica interna, especialmente con combates en las zonas donde se encuentran sus ‘tesoros debajo de la tierra’, han intensificado por nueve el nivel de hambre, carestía y desplazamientos. 

El Pontífice subrayará probablemente en sus discursos de no olvidar las guerras africanas que engloban esa que llama la «guerra mundial a pedazos».  

Salva Kiir Mayardit con el característico sombrero de fieltro negro y un bastón aún recuerda que el Papa le besó los pies, en el Vaticano en 2019, cuando junto a otros líderes en discordia, el Sucesor de Pedro les pedía que llevaran a cumplimiento total el Acuerdo de Paz, que cuatro años después ha sido revitalizado  y que vence en febrero de 2023, cuando el Papa viajará al país. 

El pontífice irá para señalar el camino de la paz y de la justicia en Sudán de Sur. Un duro camino  a cuesta para una nación que tiene por delante los desafíos de las elecciones generales del próximo año, garantizar la estabilidad de la nación, introducir reformas constitucionales, agrarias, apoyar la unidad nacional y un desarrollo sostenible y duradero. 

El cardenal Parolin también se encontró con Reik Machar en julio para preparar el viaje de Francisco. El primer vicepresidente de la que también garantizó con su voluntad de paz la llegada del pontífice a Sudán del Sur.

Cabe recordar que el 22 de febrero de 2020, se conformó el Gobierno de transición por la Unidad Nacional que nació de una renegociación ya que asumió en parte el del 2011, presidido por Salva Kiir y con su rival directo Riek Machar entre los vicepresidentes. El enfrentamiento entre los dos líderes provocó, en 2013, el estallido de una guerra civil en 2013, que duró algún tiempo, también debido a las tensiones étnicas y tribales.

En Sudán del Sur los cristianos de diferentes confesiones se han reunido en varias ocasiones para  rezar por la salud del Papa. El pontífice de 85 años había confirmado que deseaba realizar este viaje apostólico pero que su médico se lo impidió en julio debido a una lesión en la rodilla. Lo confirmó durante una conferencia online con estudiantes africanos emitida el 1 de noviembre de 2022.

El Papa sostuvo estar tranquilo respecto a su salud. En este viaje, Francisco podría usar en alguna ocasión la silla de ruedas para facilitar sus traslados. Sin embargo ya puede caminar, ayudado con un bastón, de hecho, así se le ha visto en varias ceremonias y misas en el Vaticano.

La salida, el 31 de enero de 2023, será a la capital de la República Democrática del Congo, Kinshasa, donde el Papa, a su llegada, verá al Presidente de la República, Félix Tshisekedi, y luego se reunirá con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. Al día siguiente, 1 de febrero, celebrará una Santa Misa por la mañana en el aeropuerto de la ciudad de Ndolo, mientras que por la tarde, en la nunciatura, habrá dos encuentros, el primero con víctimas del este del país, el segundo con representantes de algunas obras de caridad. 

Al día siguiente, 2 de febrero, Francisco tendrá tres encuentros, dos públicos, con jóvenes y catequistas, y luego con sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas en un encuentro de oración- La reunión privada será con miembros de la Compañía de Jesús.

El 3 de febrero Francisco partirá hacia la capital de Sudán del Sur, Juba, y con él estarán el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Jim Wallace. Antes de abandonar la República Democrática del Congo en una ceremonia de despedida en el aeropuerto de Kinshasa, mantendrá un encuentro con los obispos en la sede del Cenco, la conferencia episcopal del país.

En Juba, tras la ceremonia de bienvenida, habrá una visita de cortesía al Presidente de la República, Salva Kiir Mayardit en el palacio presidencial, a la que seguirá una reunión con los vicepresidentes de la república y con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. 

Al día siguiente, el Papa se reunirá con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y seminaristas, y a continuación tendrá un encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús, un encuentro público con desplazados internos y una oración ecuménica en el mausoleo “John Garang”. El 5 de febrero, día de la partida, antes de la ceremonia de despedida y del regreso al Vaticano, Francisco celebrará una misa también en el mausoleo de Garang.