«El objetivo es que los monaguillos de las diferentes parroquias conozcan el seminario», expresó Ulloa, quien confirmó a Aleteia que por primera vez se realiza en Guayaquil un campeonato de monaguillos con representantes de varias parroquias.
Detrás de esta particular iniciativa, que coincide de alguna manera con la «fiebre» mundialista de Qatar 2022, se encuentra también el rector del Seminario Mayor, el padre Jhon Maruri, quien le transmitió la idea a Ulloa, tras lo cual se la empezó a desarrollar.
Con esta instancia deportiva (los sábados en la tarde) también se busca la integración de los monaguillos de las diversas parroquias (más allá de reuniones anuales en la que participan cientos de ellos), que se motiven y que reciban una formación integral.
De octubre a enero
En 2022, este primer torneo comenzó a mediados de octubre y la idea es extenderlo hasta el 14 de enero de 2023. Con respecto al formato, indicó Ulloa, en esta instancia hay unas 10 parroquias participantes y están divididas en dos categorías por edades (una hasta 12 años y otra hasta 18 años). También hay cuartos de final, semifinal y final entre ganadores, pero quienes han perdido tendrán la posibilidad de jugar algún partido más.
Con respecto a los nombres, por ahora impera el de las parroquias (algunas de ellas se han organizado incluso con uniformes) y a los jugadores se les entrega chalecos para diferenciar los equipos.
«Algunas parroquias han sido acompañadas por sus párrocos. Han venido incluso con los familiares, con barras (torcedores o hinchas). Otras simplemente han llegado los monaguillos con el coordinador», indicó Ulloa.
¿Dios no me estará llamando al sacerdocio?
Ulloa también aclaró que la iniciativa deportiva tiene también un aspecto formativo y vocacional, ya que al concurrir al seminario se plantean preguntas sobre un posible llamado al sacerdocio, algo que madurará o no en otras instancias.
«Antes del partido se los reúne en un salón y se le da una charla sobre las actitudes, valores que tiene que tener un monaguillo. Se les explica la historia de San Tarsicio, patrono de los monaguillos, y también el niño profeta Samuel como modelos de respuesta a Dios desde la adolescencia», prosiguió Ulloa.
«Terminado los partidos, se tiene un compartir y eso hace también bajar las tensiones pues en el momento del fútbol todos quieren ganar», comentó Ulloa, algo que les permite entender que en definitiva es deporte y encuentro.
Las palabras de Ulloa fueron ratificadas por uno de los participantes, el monaguillo de la parroquia María Inmaculada Eucarística Rivelinho Raymond, quien dijo lo siguiente a la Arquidiócesis de Guayaquil:
«Una experiencia muy bonita porque hay un compañerismo, nos unimos entre diferentes monaguillos de diferentes edades para seguir en el servicio a la santidad. Además, nos pudimos distraer bastante, conocimos a chicos de otras parroquias, aprendimos a trabajar en equipo» .
El deseo de Ulloa es que en 2023 el torneo empiece en el mes de mayo y puedan participar todas las parroquias de Guayaquil.
El fútbol, un factor de unión
Este domingo 20 de noviembre comienza el Mundial de Qatar y Ecuador será una de las cuatro selecciones que representará a Sudamérica junto a Brasil, Argentina y Uruguay. Esta situación llena de entusiasmo a un país que –además de volver a un mundial luego de muchos años sin disputarlo- ha atravesado en los últimos meses varias dificultades tanto políticas como económicas y sociales.
Pero también Ecuador ha sufrido con respecto a la violencia, la influencia del crimen organizado y la inseguridad, además de haber sido un país fuertemente afectado por la pandemia del coronavirus. En ese sentido, Ulloa dijo a Aleteia que el fútbol en Ecuador tiene una importancia fundamental porque «une al país».
«Nuestro país, al igual que casi todos los del mundo, está sufriendo mucho la segmentación, la polarización, la división. El fútbol es de esas cosas que une a todos en un mismo sentimiento y eso es algo bueno», indicó Ulloa.
«Los partidos del mundial ofrecen un poco de paz, de esperanza, de ver al futuro con una mirada positiva», subrayó Ulloa, algo que de alguna manera también se reproduce cuando se plantean torneos como el de los monaguillos, donde además de lo formativo aparece el momento de encuentro y alegría a través del juego.
Entre Cristo Rey y banderas de Ecuador
Por último, Ulloa recordó una particularidad de Ecuador y el domingo 20. La selección sudamericana tendrá el privilegio de disputar el partido inaugural contra el anfitrión, Qatar. Y esto sucederá en coincidencia con el domingo de Cristo Rey.
«Es una fiesta bastante sentida en el país, con procesiones. De hecho, hay una tradición muy antigua del día de Cristo Rey de poner una bandera de Ecuador con una imagen del Sagrado Corazón de Jesús en memoria de la consagración que tiene como país. Entonces, se va a mezclar el poner las banderas por la selección de fútbol y con la fiesta de Cristo Rey», culminó Ulloa.