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Para ayudar a su hija albina crearon un dispositivo que revoluciona las aulas

Mónica han puesto su talento al servicio de su hija y de muchas otras personas con discapacidad.

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María José García Crespo - publicado el 31/10/22
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La suya es una empresa con corazón: Antonio y Mónica no querían que su hija se quedara atrás. Lo que han logrado ayuda a miles de personas... y crece

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A veces "la vida te da sorpresas", como cuenta la canción latina. Hace ocho años, Antonio Sánchez Káiser y Mónica Hernández Jiménez esperaban el nacimiento de su hija Vega. Llega el día del parto, ¡qué emoción! Pero sucedió algo inesperado. Vega nacía con albinismo.

El albinismo es una condición genética que viene asociada con la discapacidad visual. "Primero, como padres, nos llevamos un susto. Iba a ser ciega, pero (los médicos) descubrieron que tenía un 5% de agudeza visual", cuenta Mónica.

Este matrimonio de ingenieros -Antonio, catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena y Mónica, profesora de Formación Profesional- llevaban una vida "acomodada" como funcionarios.

Tras superar el primer impacto que produce descubrir que un hijo nace con una discapacidad, se pusieron manos a la obra.

Su mundo patas arriba

Hasta ese momento, Mónica sabía que existían tigres albinos, pero desconocía que esta condición se presentara en personas. Su mundo se puso patas arriba.

Acudieron a varios especialistas médicos, a la Fundación de Alba y la Fundación ONCE para profundizar en este mundo de la discapacidad..

Como docentes, una de las cosas que más les preocupaba era el acceso a la formación. Acudieron a varios eventos para observar cómo se desenvuelven las personas con discapacidad visual.

Se dieron cuenta de que estas personas se limitaban a escuchar, no podían ver al conferenciante, ni las presentaciones de power point, ni las proyecciones. Aunque Vega se sentara en primera fila en su clase, no podía ver lo que ponía en la pizarra.

Así pues, decidieron buscar una solución tecnológica para ayudar a su hija y a otras personas con discapacidad.

Estudiaron tecnología electrónica y telecomunicaciones. ¡Nunca habían tratado estos temas! y desarrollaron su primer prototipo "cacharreando en casa", como dice Mónica, dentro de la caja de cartón de ordenador.

En 2020 consiguieron tener un producto mínimo viable y su hija comenzó a utilizarlo en el colegio. En unas jornadas sobre albinismo se dieron cuenta de que podían ayudar a muchas personas y decidieron mejorar el prototipo y montar una empresa.

Entraron en EspacIA, la aceleradora de emprendedores sociales de la Fundación ONCE y fueron mentorizados por Price WaterHouse and Coopers.

Nunca pensaron ser empresarios, pero así son las cosas. Buscaron financiación y crearon Bemyvega (del inglés Be my Vega -sé mi Vega-. La empresa se constituyó precisamente en febrero de 2020, justo antes del confinamiento. Pero ya eran imparables.

Empezaron los dos con la hermana de Antonio y ahora son 18 personas, a pesar de la pandemia.

Durante este tiempo, han perfeccionado el proceso industrial con financiación pública a través de la iniciativa Neotec para empresas de base tecnológica.

Ahora están en una ronda de inversión que finalizará hacia finales de año. De esta forma, podrán duplicar plantilla y comenzar su proceso de internacionalización.

Las universidades emplean sus productos

Querían ayudar a su hija y han acabado ayudando a mucha gente. Numerosas universidades españolas emplean sus productos.

No sólo han producido para personas con discapacidad visual, también han desarrollado tecnología para personas con problemas auditivos y niños con TDH.

Llegan los eventos accesibles más inclusivos

El dispositivo más completo dispone de diferentes receptores de imagen capaces de recoger al ponente y la presentación, dispone de un software para centrar el foco en una parte determinada de la pantalla e incluso incluir subtítulos en tiempo real en cualquier tipo de evento.

El contenido llega al terminal del usuario (móvil, ordenador o tableta) y puede poner el foco en lo que necesita visualizar. La persona que tiene un implante coclear puede recibir la señal de audio directamente y leer los subtítulos. Por si fuera poco, recogen toda la ponencia en un archivo de texto, como si fueran apuntes.

Pueden recibir clases por 'streaming'

Además, han desarrollado una plataforma digital accesible para recibir las clases por streaming.

La idea surgió para ayudar a los niños de aula hospitalaria. Así, pueden hacer zoom, aplicar filtros para personas con dislexia, con daltonismo, con déficit de atención, además de las aplicaciones de audio. Se accede a través de URL o con la app Bemyvega Player que se puede descargar tanto en Play Store como en Apple Store.

Este año están en el showroom de Telefónica dado que el dispositivo de Bemyvega es único. También han recibido numerosos premios, bien relacionados con el emprendimiento o con la tecnología.

Para este matrimonio ha sido un gran esfuerzo que se ve compensado no sólo por ver satisfechas las necesidades de su hija. Muchas personas agradecen este esfuerzo.

A veces son los padres de un niño que, debido a su discapacidad, no quería ir a la escuela. Otras veces, es una persona que no ha pisado un concierto en 15 años porque no existía este producto.

Todavía les queda "por fabricar" mucha felicidad. La ronda de financiación les ayudará.

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