Octubre es sinónimo de la Virgen del Rosario. Y durante este mes aconteció algo que llenó de alegría a los habitantes de la comuna de Ninhue: el nuevo templo de Nuestra Señora del Rosario.
Según recordó una nota de la Iglesia de Chile, el evento acontece a 12 años del fuerte terremoto (2010) que afectó la región y a varios espacios religiosos.
El apoyo de la comunidad
Sin embargo, a pesar del dolor ocasionado por el sismo de 2010, la comunidad se comprometió –también con la ayuda de diversas entidades cristianas- a la reconstrucción de la iglesia y en los últimos días el nuevo templo fue bendecido por el obispo de Chillán, Sergio Pérez de Arce.
«El terremoto del 2010 hizo bastante daño en nuestra región y varias iglesias además de otros edificios colapsaron, pero de a poquito, las comunidades se han ido levantando», expresó en su homilía el propio obispo, quien además contó cómo ha sido el proceso de reconstrucción.
«Este camino es de la comunidad, de la parroquia, con ayudas de afuera. Hubo ayuda de afuera, pero lo fuerte ha venido de ustedes a través de distintas actividades. Eso es lo que hace hermosa esta bendición», prosiguió el obispo.
Una iglesia con historia
Con respecto a la parroquia vinculada a la Virgen del Rosario, la Iglesia de Chile también recuerda que se encuentra entre las más antiguas de la Diócesis de Chillán y de la región de Ñuble.
En ese sentido, se indicó que el sitio se estableció en 1688 bajo el período de Ambrosio Ampuero. Durante la ceremonia también se leyó una carta de uno de los gestores del nuevo templo, el expárroco Nelson Jara. Fue ese sacerdote quien llegó en 2016 a encabezar la tarea de reconstrucción y saludó a quienes colaboraron con esa misión.
Por último, quien también se refirió a la importancia de esta reconstrucción fue el actual párroco, Tomás San Martín, quien finalizó con el siguiente comentario:
«Agradecemos a todos quienes contribuyeron a la reconstrucción. Recuerdo muchas anécdotas, pero una que me llamó profundamente la atención. Un día llegó una señora que me dijo que traía un aporte para el templo en un sobre, entre papeles. Empezó a sacar los papelitos y logró reunir un millón de pesos. También llegó una alcancía que parecía tener una sola moneda dentro. Al abrirla, habían más de 300 mil pesos para la reconstrucción».
Sin dudas, lo sucedido en esa zona de Chiles representa un bonito ejemplo de esfuerzo en comunidad en pos de la recuperación de un espacio religioso necesario. Y en octubre, mes de la Virgen del Rosario, cobra más fuerza y eleva el espíritu.