Una imagen del Cristo del Otero –famosa escultura de Victorio Macho, de 20 metros de altura, situada en la ciudad española de Palencia– protagoniza el anuncio de un evento peculiar que ha circulado en los días pasados en entornos espirituales y "holísticos" de las redes sociales, llamando la atención de muchos.
Se trata de la conferencia "Jesús como sanador. Mis milagros favoritos". Como se celebra en el Centro de Espiritualidad de Loyola –un lugar fundamental para San Ignacio y los jesuitas–, todo parece indicar que se trata simplemente de una actividad formativa en torno a Jesucristo y sus milagros, tal como aparecen en los evangelios.
El protagonista: un "sanador profesional"
Sin embargo, la perspectiva cambia cuando observamos que la conferencia está a cargo de Eduardo Liébana; que se presenta en los carteles anunciadores como "sanador profesional de la Escuela Británica". Y, curiosamente, tras la charla habrá un retiro durante todo el fin de semana en la casa de espiritualidad de los jesuitas (que ya no es gratuito).
Como puede verse en la página web de los organizadores de la conferencia y del retiro, se presentan como "un equipo de sanadores profesionales compuesto por Rufi Azpeleta y Eduardo Liébana, con más de 30 años de experiencia, que han aprendido a desarrollar su don. Formados en los principios de la Escuela Británica de Sanadores Profesionales"; tarea a la que se dedican a tiempo completo: "más de 10 horas diarias al ejercicio de dicha disciplina en la consulta".
En su página web, Eduardo Liébana cuenta una supuesta experiencia cercana a la muerte que habría vivido en Palencia; y la concluye con estas palabras: "Mi yo que murió en aquel verano por una intoxicación [...] sólo puedo decirte que ojalá te mueras pronto y vivas lo que viví. La verdadera gloria". Cita frecuentemente al maestro espiritual hindú Sri Ramana Maharshi.
Por su parte, Rufi Azpeleta es auxiliar de enfermería y, desde 1998, discípula de Liébana; quien en 2009 le realizó "su AXO, Activación Axiatonal Original (activación energética creada inicialmente por la sanadora estadounidense Janet Digiovanni hace 30 años)". También se ha formado en otros sistemas de "sanación".
Sanación y "esencia interior"
Cuando Eduardo Liébana dice en su web "llámanos a la consulta", se refiere al establecimiento que tiene en Palencia, donde practica su sanación, que consiste en "la focalización de la energía sanadora desde su fuente esencial o primigenia a alguien que lo solicita o lo necesita. [...] es irradiada normalmente al paciente a través de la concentración y la consciencia del sanador o sanadores", y sirve para "despertarnos de nuestra identificación con el cuerpo, la mente, el intelecto y el ego a nuestra esencia interior, a la auténtica naturaleza del ser".
En su discurso más "teológico", Liébana afirma que "la sanación se refiere a la naturaleza sagrada de todas las expresiones de la vida; de la energía sutil, a la manifestación de la consciencia universal, la consciencia pura, Dios (aquí puedes poner el nombre del dios de tu cultura o de tu creencia); la primera causa sin causa, el sin forma, el silencio. El auténtico silencio donde desaparece el uno para ser Uno que es El que convierte a todas las sanaciones en silentes". Ideas propias del monismo –todo es uno– y panteísmo –todo es divino– de la New Age.
Para este gurú, "todas las personas poseen un mecanismo armonizador que fluye como una fuerza energética dentro y alrededor del cuerpo; en la mente, el intelecto, las emociones, la consciencia y el espíritu para mantenerlos en equilibrio y armonía". Y "la sanación restablece la energía necesaria y reequilibra el propio mecanismo sanador".
Los riesgos de una propuesta así
De esta forma, hay un claro peligro de que haya enfermos y otras personas vulnerables que acudan a este "sanador"; pensando que les enseñará a reconocer su propia esencia y activar esa sanación desde dentro. Desde la experiencia de quienes investigan estas cuestiones y ayudan a sus víctimas, está claro que se trata de una pseudoterapia New Age de riesgo.
Esto puede verse en los ejemplos que el gurú comparte en su página web sobre la sanación de diversos destinatarios (niños, adolescentes, jóvenes... hasta sanación para animales y sanación para moribundos). También incluye la sanación a distancia: "al no estar presente la persona se necesita prestar más atención y concentración durante la reorganización y activación de los 900 parámetros".
¿Cuántas personas pueden dejar de confiar en sus tratamientos médicos basados en la evidencia científica –con todas las limitaciones y fallos que puedan tener– para fiarse de estas propuestas "energéticas"? Los cientos de horas de formación que aseguran tener estos sanadores parecen acreditar su profesionalidad, pero esto está muy lejos de la medicina real.
¿Se pueden usar espacios católicos para esto?
Alertados los jesuitas por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), desde el Centro de Espiritualidad de Loyola se le pidió a Eduardo Liébana que eliminara del anuncio los emblemas del establecimiento; ya que no se trataba de una conferencia organizada por sus titulares.
Sin embargo, el peligro de confusión continúa, ya que muchas personas pueden pensar que se trata de una actividad cuyos contenidos son aptos para un cristiano; o, al menos, inocuos para cualquiera. Como hemos visto, esto no está tan claro. Como ha recordado la Santa Sede en su documento sobre la Nueva Era, se trata de una práctica no recomendable.
Los espacios católicos no pueden servir como escenario para la promoción y difusión de estas actividades que son inaceptables desde la razón y la fe. Ninguna parroquia, colegio religioso, convento o monasterio, casa de espiritualidad… debería alquilarse a grupos y personas que, a pesar de la buena intención que puedan tener, en el fondo, plantean una cosmovisión errada a los participantes.