El Papa Francisco visitará Asti, en el norte de Italia, para celebrar el 90º cumpleaños de su prima Carla Rabezzana: «Le dije que me aceleraba el corazón y me contestó: 'intenta no morirte'. Y nos echamos a reír», contó la pariente de papa Bergoglio al diario Il Corriere della Sera (20.10.2022).
«Cuando me llamó hace dos meses para decirme que venía a celebrar mi cumpleaños me emocioné. Me pidió que lo mantuviera en secreto. Eso es lo que hice. No quería desobedecer al Papa». Ríe Carla Rabezzana, de 90 años al micrófono de Floriana Rullo.
En la tarde del sábado, 19 de noviembre, «el Santo Padre viajará a Asti para encontrarse con los miembros de la familia en una visita de carácter privado», informó la Prefectura de la Casa Pontificia.
Al día siguiente, solemnidad de Cristo Rey, el Papa presidirá la Eucaristía a las 11 a.m (hora local) en la catedral de Asti, para «encontrarse con la comunidad diocesana de la que partieron sus padres para emigrar a Argentina».
En varios discursos, el 266º Sucesor de Pedro subraya la importancia de valorar, recordar y traer fuerza de las propias raíces; la familia, la comunidad, los valores, la fe que desde niño se aprenden en casa: escuchando “el dialecto” del corazón. De hecho, en los ciclos dedicados al discernimiento invita al autoconocimiento que significa reconocer la propia historia de vida.
En su visita privada a Asti, Bergoglio recorrerá los pasos de su primera catequista, su abuela Rosa Vassallo, nacida en Piana Crixia, en el interior de Liguria, el 27 de febrero de 1884, casada en Turín en 1907 con Giovanni Bergoglio (Asti, 1884 - Buenos Aires, 1964), abuelo del Papa.
Rosa fue dirigente de la Unión de Mujeres Católicas de Asti en los años 20, mientras que su hijo Mario fue miembro de la federación juvenil diocesana.
El Papa volverá a Via Antica Zecca de Asti, el lugar exacto en el que vivió el matrimonio Bergoglio durante un cierto tiempo.
De hecho, la familia Bergoglio regresó a Asti desde Turín (donde se había trasladado el 1 de enero de 1906) en 1918.
La abuela Rosa es una humilde ex costurera, esposa de un portero y barman, que compensa su limitada educación con una lectura voraz y un deseo de aprender.
La abuela del Papa antes de inmigrar fue una figura prometedora y muy activa en la Acción Católica de Asti, a la que seguirá suscribiendo regularmente desde Argentina, su nuevo destino.
Pocos meses después de su partida a Buenos Aires -el domingo 11 de marzo de 1928- Rosa fue elegida entre las dirigentes del grupo de mujeres católicas de la parroquia de Santa María Nuova de Asti.
La abuela Rosa Margherita Vassallo Bergoglio fue la persona que más forjó la fe de su nieto Jorge Mario. Fue ella quien le enseñó a rezar cuando era niño. Muchos años antes, en Asti, fue maestra de fe de su hijo Mario, el futuro padre del Papa Francisco.
Del Piamonte a Buenos Aires. La familia Bergoglio vive en una granja en Bricco Marmorito della Valleversa, en el municipio de Asti, en el límite con Portacomaro. Son agricultores. El joven Giovanni, conocido como Albino, se casó con Rosa Vassallo, de Piana Crixia, y en 1908 nació Mario, el futuro padre del Papa.
La familia abrió una tienda de comestibles. El 1 de febrero de 1929 partieron hacia Argentina: aceptaron una invitación del hermano de Giovanni para trabajar en la fábrica de pavimentos creada por la familia Bergoglio en Panará.
Se embarcaron en el vapor Giulio Cesare desde el puerto de Génova con destino a Buenos Aires y se libraron de un naufragio por casualidad: otro barco, cuyo pasaje ya habían tomado, se hundió.
En Argentina, Mario Bergoglio conoció y se casó con Regina Maria Sivori, también emigrante italiana de Liguria. Vivían en Boca, el barrio "genovés" de Buenos Aires. Trabaja para los ferrocarriles argentinos. El 17 de diciembre de 1936 nace Jorge Mario.
Ahora, en Asti, el Papa encontrará a su prima, por parte de su madre, Carla Rabezzana, que cumplirá el próximo 19 de noviembre 90 años. Según los jesuitas que le acogían en Turín, Jorge Mario Bergoglio cada vez que podía iba a visitar a esta parte de la familia que es originaria de Portacomaro.
En efecto, el Papa asegura que «la fe no llega por correo, hay que volver a las raíces». Pues, los cristianos «desmemoriados» no encuentran a Dios, han perdido «el sabor de la vida»; para salir adelante es fundamental recordar «quién nos ha transmitido la ley del amor» (homilía 07.06.2018).
La memoria cristiana - explica - es la sal de la vida: hay que recordar y contemplar los primeros momentos en los que tuvimos que ver con Jesús. Es fundamental volver a las propias raíces para alimentar la fe, que no llega «por correo».
Para Francisco es importante mantener viva la memoria de los momentos en los cuales Dios se ha hecho presente, pues ahí ha pasado en «la memoria de mis antepasados, la memoria de la ley». E insta a mantener una memoria agradecida y esperanzadora del pasado, pero con los pies puestos siempre en el presente.
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SUMARIO
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