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‘Ser padre’: paternidad durante la viudez

FATHERHOOD
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José Ángel Barrueco - publicado el 01/10/22
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Kevin Hart protagoniza un filme sobre el amor filial y el compromiso

Lo mejor de “Fatherhood”, traducida aquí como “Ser padre” y estrenada en Netflix, es su propuesta, inspirada en las memorias de Matthew Logelin: Matt (Kevin Hart) debe afrontar la viudez y la paternidad a partir del mismo día; su mujer muere apenas unas horas después del parto y él se siente solo, desvalido, responsable y aterrorizado ante lo que vendrá. Su madre le dice que ambos (padre e hija) lo van a superar, que Dios tiene un plan para ellos. Él no está tan seguro. Al principio se siente un fracasado.

Matt debe compaginar su falta de experiencia como progenitor primerizo con el duelo y con su trabajo. Su suegro le da un consejo: lo que debe hacer es dejarse llevar porque los padres quieren que todo sea perfecto pero no tienen el control. Lo que el hombre más mayor le transmite es la intuición. Porque en la paternidad (y en la maternidad) no hay reglas exactas, no hay manual de instrucciones.

Duelo y adaptación

Matt tendrá que superar los escollos propios de la crianza de un bebé: dormir a ratos, estar preocupado durante 24 horas, cambiar pañales, descubrir el origen de los llantos, vigilar las heces, preparar biberones, aprender a montar la cuna y a plegar la silla de paseo… Su madre cree que lo conseguirá y le asegura que va a rezar diez veces al día por él. Su suegra le mira con recelo y prefiere encargarse ella de la niña, Maddy.

En los primeros 45 minutos de metraje veremos a este padre salir adelante pese a los sacrificios que comporta dedicarse a criar a un bebé en solitario.

Luego el filme da un salto en el tiempo y nos sitúa unos años después, cuando Maddy ya va al colegio (un centro escolar católico, como hubiera querido su madre). Matt ha conseguido tener el control y su círculo de amistades trata de sacarle de su soledad.

Su familia cree que la niña necesita una figura materna y él necesita proseguir con su vida. Es así como conoce a Liz (DeWanda Wise), quien se llama igual que su difunta esposa. Aunque al principio se niega a que lo emparejen, poco a poco irá surgiendo algo más entre Liz y Matt.

Una comedia ligera que se toma en serio la paternidad

La mayor virtud de “Fatherhood”, decíamos más arriba, es su propuesta. Al final queda como una película agradable de ver, inofensiva y para todos los públicos. Su director, Paul Weitz, vivió mejores tiempos: sus grandes éxitos, rodados junto a su hermano, datan de hace más de veinte años (“American Pie” y “Un niño grande”), aunque luego, en solitario, consiguió recuperar la taquilla con “Ahora los padres son ellos”, la tercera parte (y la más floja) de las desventuras de Ben Stiller frente a un suegro con el rostro cómico y malhumorado de Robert De Niro.

FATHERHOOD

Algunas de sus películas han pasado sin pena ni gloria porque se quedan en tierra de nadie. Tal vez sea porque les falta cierta garra.

“Ser padre”, aunque se deja ver, carece de los ingredientes atrevidos de una comedia más salvaje o más gamberra, como la harían Steve Carell o Will Ferrell o el citado Stiller. Tampoco es un drama, teniendo elementos para ello; y al menos evita ser lacrimógena, lo cual se agradece. La mezcla agridulce que requeriría la película, ese tono que nos emociona, la había logrado Weitz con “Un niño grande”, pero detrás figuraban la novela de Nick Hornby y el guión de Peter Hedges (“¿A quién ama Gilbert Grape?”), que siempre son valores añadidos.

FATHERHOOD

En cuanto al reparto, y aun siendo un vehículo de lucimiento para que Kevin Hart (también productor del filme) demuestre sus dotes dramáticas y su rol de hombre comprometido, quienes de verdad destacan son las actrices: la hija (Melody Hurd), la amiga (DeWanda Wise) y la suegra (la gran Alfre Woodard).

A pesar de su falta de solidez, otra ventaja de “Ser padre” es que, incluso en clave de comedia ligera, se toma en serio la paternidad, no como algo en lo que los hombres fracasan, sino como un ámbito en el que son capaces de triunfar si hay amor filial, compromiso, sacrificio y responsabilidad.

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