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El Camino Cartujano: una ruta de peregrinación oculta

Montsant
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Daniel Esparza - publicado el 25/08/22
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Un itinerario corto, pero intenso, que se puede recorrer en dos días en Cataluña (España)

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La gran Cartuja de Escaladei fue fundada en 1194 por Alfonso II de Aragón en el norte de la Península Ibérica, en Cataluña; a unas dos horas de Barcelona. 

La cartuja, considerada como la primera en la península ibérica, pronto se convirtió en un centro de irradiación económica y espiritual. De hecho, la zona – hoy renombrada región productora de vino – se sigue conociendo como El Priorat (el Priorato) en directa referencia a este monasterio.

La Orden de los Cartujos, monjes contemplativos dedicados a la oración y el trabajo, fue fundada un siglo antes por San Bruno en el año 1084. Su lema, en latín, es "La Cruz se mantiene estable mientras el mundo da vueltas". 

Los cartujos eran y son conocidos por su vida caracterizada por la sencillez (profunda pobreza), el silencio y la soledad (que armonizan con la vida comunitaria).

Una zona pujante

Hacia el siglo XIII, tras recibir la protección real e importantes donaciones del rey Jaime I "el Conquistador", Escaladei adquirió un gran prestigio; incluida la jurisdicción legal feudal sobre los pueblos y tierras vecinas. 

En definitiva, los cartujos impulsaron la actividad económica, social y cultural de la zona; por lo que se hizo necesario establecer una red de rutas de acceso y salida del monasterio. Esta red acabaría convirtiéndose en el Camino Cartujano.

Los primeros caminos que conducían al monasterio eran utilizados por monjes y seglares para atravesar las montañas y los valles de lo que hoy es la Reserva Natural del Montsant, en catalán "Montaña Sagrada". 

Una intrincada red de caminos secundarios conducía a aldeas, pueblos y ermitas que todavía se pueden visitar. Así nació el Camino Cartujano. Algunas de estas ermitas, como la de Puigcerver, situada en lo alto de una colina, tiene unas impresionantes vistas al Mediterráneo; y ofrece a los peregrinos servicios de alojamiento y comida a precios muy asequibles.

El Camino de los Cartujos

La tradición afirma que el Camino Cartujano original era lo suficientemente ancho como para ser utilizado por los pastores cuando bajaban con sus rebaños por la montaña, hasta llegar a Reus. Este camino acabó desembocando en el Camino Real, que conectaba la ribera del Mediterráneo con la ciudad norteña de Lérida; una ruta comercial que mantuvo su actividad hasta el siglo XVI.

Estos antiguos caminos y carreteras son típicos del paisaje ibérico y tienen un enorme valor histórico en la actualidad. Recorrer los caminos cartujanos del Montsant permite al peregrino-caminante descubrir su historia y belleza natural, cultural y espiritual.

Hay tres itinerarios diferentes que el peregrino puede elegir. Estos itinerarios se pueden hacer por separado o se pueden combinar para cubrir toda la Ruta de la Cartuja en solo dos días, un plan ideal para el fin de semana.   

Primer día: la Travesía de la Serra Major, de Cabacés a Albarca, lleva al peregrino por los bosques y valles del Montsant durante unos 19 kilómetros.

Segundo día: la Ruta de los Cartujos propiamente dicha, se divide en dos tramos. El tramo A, de casi 13 kilómetros, va desde Albarca hasta las impresionantes ruinas de la Cartuja de Escaladei. El tramo B va desde la Cartuja hasta Cabacés, durante otros buenos 11 kilómetros.

La "Escalera de Dios"

Las leyendas locales afirman que, cuando los cartujos atravesaron la Sierra del Montsant, se encontraron con un pastor que les dijo que había visto a unos ángeles que subían por los escarpados acantilados de la sierra mediante una escalera que llegaba hasta las nubes. 

Los monjes consideraron que se trataba de una señal de Dios, ya que el relato del pastor se asemejaba al de la escalera de Jacob (Génesis 28, 11-19).  Por eso decidieron construir allí su cartuja, y llamarla Scala Dei, "Escalera de Dios". 

Los monjes cartujos tuvieron que abandonar el cenobio en 1835, expulsados por la desamortización del gobierno español que expropió los monasterios. 

Nadie tomó el lugar de los monjes, de manera que su magnífica arquitectura quedó abandonada y en ruinas.

En la actualidad, es posible visitar las ruinas en las que se puede contemplar el portal barroco de la Madre de Dios, la iglesia y una celda reconstruida que cuenta con el mobiliario y los utensilios propios de la vida monástica, lo que nos permite imaginar el modo de vida de los monjes cartujos. 

Traducción y complemento de información de Matide Latorre

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