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El mes de julio de este año evocó por momentos los meses de mayor tensión económica, social y política de la Argentina. En 30 días, pasó de todo en el país sudamericano: dos cambios de ministro de Economía, una cotización del dólar que tocó techos históricos.
También una inflación fácilmente perceptible semana a semana en los insumos más básicos que alimenta una estimación anual cercana a las tres cifras, negocios de productos importados desabastecidos, y referentes sociales que mencionaron la posibilidad de que haya saqueos y hasta fallecidos en las calles…
La escalada social de este mes incluyó discusiones en medios de comunicación y redes en torno al sostenimiento de los planes y las asignaciones del Estado para las poblaciones más vulnerables, por un lado, y la alta carga impositiva que enfrentan los trabajadores por el otro.
Con mucha fuerza viral circularon en redes y medios testimonios, en algunos casos descontextualizados, de personas que expresaban que les convenía ser benefactoras de un plan social antes que tener un empleo en relación de dependencia.
En ese contexto, el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, recibió en la sede del episcopado a un grupo de dirigentes de movimientos sociales que le pidieron audiencia. El prelado, titular de la diócesis de San Isidro, expresó con ellos el compartir la situación de la indigencia, la grave crisis económica que hace «imposible llegar a fin de mes» a una gran mayoría.
Pero Ojea reiteró a la vez «la necesidad de dialogar siempre en la búsqueda de aquellas medidas de gobierno, posibles y necesarias en este momento, para evitar todo tipo de violencia». Ojea recordó, además, la histórica trayectoria de los movimientos sociales en la «construcción de la paz social».
La importancia de las comisiones de Pastoral Social
El encuentro no es una reunión aislada. Dirigentes políticos de distintos sectores, como es habitual, han buscado consejo en distintos referentes de la Iglesia estos meses. Pero también la Iglesia viene llevando, tanto a nivel nacional como desde las distintas diócesis, un acercamiento orgánico para favorecer, en tiempos de crisis y no, el encuentro.
Es el ejemplo de la tradicional mesa de diálogo convocada por la Pastoral Social en la anual Semana Social. Tuvo lugar el mes pasado, en la que se puso de manifiesto, como recordó monseñor Ojea, el «trabajo digno como el gran ordenador de la vida humana y la felicidad».
Además de la Semana Social, que incluyó un encuentro de Nuevos Dirigentes que justamente tuvo como tema evitar las polarizaciones, se viene dando desde las distintas pastorales sociales del interior espacios de encuentro de referentes y dirigentes locales. Además de pronunciamientos sobre la urgente situación.
Previo a esta escalada, el Consejo Diocesano de la Pastoral de La Rioja y la comisión local de Pastoral Social publicaron un fuerte pronunciamiento titulado: «Aportes y compromiso ante la situación social actual». En el documento, además de reclamar por la escalada de precios pidieron a los dirigentes «generar más espacios de diálogos y encuentros».
En la misma línea se expresó la Pastoral Social de Córdoba en su mensaje por el Día de la Independencia. Ahí pidió a los dirigentes que a imagen de los próceres de 1810 sean «personas comunes que estén dispuestas a asumir gestos que hoy, en un contexto de grietas y polarización, tienen algo de heroicos. Personas que estén dispuestas a construir el arte del diálogo antes que la moda de la división; a promover el bien común antes que buscar el propio interés; a conquistar y promover la paz antes que ser agentes de la violencia en cualquiera de sus formas; a brindar el servicio desinteresado antes que sostener el poder a costa de lo que fuere».
El diálogo es posible
El arzobispo de Santa Fe, monseñor Sergio Fenoy, participa de la Mesa del Diálogo Santafesino. La misma la integran importantes funcionarios locales del poder ejecutivo, legislativo, y judicial, además de referentes del mundo agrícola, empresario, comercial y universitario, entre otros. El 26 de julio tuvo lugar la primera reunión presencial desde el inicio de la pandemia.
Según reprodujo la agencia AICA, Fenoy celebró la realización de la reunión. Y señaló: «Podemos mirar juntos la realidad de nuestro pueblo, reflexionando críticamente sobre los efectos de nuestras prácticas, es decir, del trabajo de las instituciones que representamos, para aportar cada uno desde su lugar, un mejor servicio a la comunidad santafesina. Es algo que los que estamos aquí intentamos hacer todos los días».
En el encuentro, el rector de la Universidad Nacional del Litoral, Enrique Mammarella, aseguró:
«Muchas veces hablamos de diálogo mientras que sólo escuchamos para responder, no para entender el punto de la otra persona. Este es uno de los problemas que estamos teniendo como sociedad y es necesario que trabajemos entre todos para resolverlo. Para ello, es imperioso que construyamos una agenda común y que nos comprometamos a atenderla y obrar en consecuencia».
San Cayetano
El 7 de agosto la Iglesia celebra la festividad de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, devoción muy extendida en la Argentina. La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal, en este contexto, ha querido emitir un mensaje. A través del mismo llama a la reflexión, al diálogo, y también muy especialmente a la oración.
«Peregrinos de San Cayetano, también suplicamos el pan de cada día, como nos enseñó Jesús. El pan que alimenta nuestra vida y que diariamente se hace más inalcanzable a causa de la inflación asfixiante que padecemos y que genera miseria. ¿Cómo no pensar en la cantidad creciente de hermanos y hermanas que se acercan cotidianamente a los comedores, en los adultos mayores que no pueden comprar sus medicamentos, en las familias cuyos ingresos son cada vez más insignificantes?», se preguntaron los obispos.
En su mensaje, hacen nuevamente una exhortación al diálogo dirigencial, del que no se excluyen:
«En estos tiempos complejos, en que ningún sector parece dispuesto a ceder en sus intereses, nos hará bien a todos los que somos dirigentes en distintos ámbitos – políticos, sociales, sindicales, empresariales, religiosos, etc.- dejarnos interpelar por las palabras del Papa Francisco: "La profundidad de la crisis reclama proporcionalmente la altura de la clase política dirigente, capaz de levantar la mirada y dirigir y orientar las legítimas diferencias en la búsqueda de soluciones viables para nuestros pueblos"».
Y concluyen invitando a la oración por la Patria, plegaria difundida en torno a la anterior gran crisis política y social del año 2001.