El Papa Francisco habló hoy de tres mujeres que "pueden ayudar a unir, a volver a tejer una reconciliación que garantice los derechos de los más vulnerables y sepa mirar la historia sin rencores ni olvidos". Este es uno de los mensajes clave de este viaje apostólico que está cerca de concluir.
"No viene como turista. He venido como hermano, a descubrir en primera persona los frutos, buenos y malos, producidos por los miembros de la familia católica local a lo largo de los años. He venido con espíritu penitencial, para expresarles el dolor que llevamos en el corazón por el mal que no pocos católicos les causaron apoyando políticas opresivas e injustas."
Estas son las palabras que el Papa Francisco pronunció esta mañana ante una delegación de indígenas de Canada, antes de salir de la ciudad de Quebec, este viernes 29 de julio de 2022.
El Papa, 85 años, no escondió que había sido un "viaje intenso", en el que se le ha visto subir y bajar del avión en cada etapa con la ayuda de un elevador para su silla de ruedas y en otras ocasiones ayudarse para estar de pie con un bastón.
"He venido como peregrino, con mis limitadas posibilidades físicas, para dar nuevos pasos adelante con ustedes y para ustedes", sostuvo al recibir a una delegación de aborígenes en la archidiócesis donde se alojaba.
Francisco remarcó lo dicho ante las autoridades civiles del Canadá que este era un proceso de sanación y reconciliación que no terminaba con este peregrinaje penitencial. Por ello, insistió que este itinerario prosigue "en la búsqueda de la verdad" y para sembrar esperanza "en las futuras generaciones de indígenas y no indígenas, que desean vivir juntos fraternalmente, en armonía".
Las mujeres en el camino de reconciliación
"Realmente puedo decir que, durante mi visita, fueron sus realidades, las realidades indígenas de esta tierra, las que visitaron mi alma", expresó después de seis días de viaje apostólico ante la pequeña delegación de las naciones aborígenes de Quebec, Ontario, el Atlántico y la Confederación Haudenosaunee.
Algunas mujeres indígenas se secaron las lágrimas al escuchar al Papa decir: En un mundo que lamentablemente es tan a menudo individualista, ¡qué valioso es ese sentido de familiaridad y de comunidad que es tan genuino entre ustedes!".
El Papa volvió a referirse al papel fundamental que tienen las mujeres en este camino de reconciliación. "¡Y qué importante es cultivar bien el vínculo entre los jóvenes y los ancianos, y custodiar una relación sana y armoniosa con toda la creación!".
3 mujeres inspiran peregrinaje del Papa
El Papa además dijo que 3 mujeres le inspiraron en este viaje apostólico que está por concluir y evoca el llamamiento a "caminar juntos".
"Ante todo en santa Ana ( la abuela de Jesús)", una santa muy querida por los católicos en Canadá y por las comunidades aborígenes. El Papa afirmó que sintió "su ternura y protección" y aplaudió venerándola en Canadá se "reconoce" y "se honra a las abuelas".
En segundo lugar, dijo pensar en la Santa Madre de Dios: "ninguna criatura merece más que ella ser definida como peregrina, porque siempre, también hoy, también ahora, está en camino; en camino entre el cielo y la tierra, para cuidarnos por encargo de Dios y para llevarnos de la mano hacia su Hijo".
Y por último, mencionó a Santa Caterina Tekakwitha; cuya santidad de vida fue "posible gracias a ciertos rasgos nobles y virtuosos heredados de su comunidad aborigen".
Mujeres que desafiaron normas patriarcales
"Estas mujeres pueden ayudar a unir, a volver a tejer una reconciliación que garantice los derechos de los más vulnerables; y sepa mirar la historia sin rencores ni olvidos", expresó el Papa.
Y por último, destacó, que "estas mujeres podrían haber respondido mal a todos los que se oponían a ese proyecto; o bien permanecer sujetas a las normas patriarcales de su tiempo y resignarse, sin luchar por los sueños que Dios mismo había impreso en sus almas".
El Papa saludó a cada miembro de la Delegación de Indígenas presentes. Al final de la reunión, tras despedirse del personal del Arzobispado, se trasladó en coche al Aeropuerto Internacional de Québec; desde donde, a las 12.45 horas (18.45 hora de Roma) -a bordo de un A330 de ITA Airways- partió hacia Iqaluit.