“Aleja todo tipo de chisme o parloteo. Por favor: lo que tienen que decirse, a la cara, siempre”, dijo el papa Francisco a los miembros del Sínodo de la Iglesia griega melquita, recibidos en audiencia este lunes, 20 de junio de 2022 en el Vaticano.
El Papa exhortó a los obispos a apartarse “de las divisiones y las murmuraciones, que no hacen más que escandalizar a los pequeños y dispersar el rebaño que se os ha confiado”.
“En esto me detengo: cuidado con chismorrear. Por favor, nada de esto. Si uno tiene algo que decir a otro, dígaselo a la cara, con caridad, pero a la cara. Como los hombres.
Puede decírselo a la cara, puede decírselo a la cara frente a los demás: corrección fraterna. Pero nunca hables mal del otro con otro, eso no se hace”.
El pontífice en otras ocasiones ha indicado que los chismes, las murmuraciones, y hablar a la espaldas son actitudes que rompen la unidad de la Iglesia y de las comunidades.
“Esta es una carcoma que destruye la Iglesia. Seamos valientes. Veamos cómo Pablo le dijo muchas cosas en la cara a Santiago. También a Pedro. Y entonces se hace la unidad, la verdadera unidad, entre los hombres”.
En este sentido, instó: “Aleja todo tipo de chisme o parloteo, por favor. Y además porque la gente se escandaliza: ¡mira a los curas, mira a los obispos, se despellejan unos a otros! Por favor: lo que tienen que decirse, a la cara, siempre”.
Griego y árabe
El Sínodo de la Iglesia griega melquita pidió celebrar su convocatoria anual en Roma, ante las “tumbas de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo”. En este contexto, fueron recibidos por el Obispo de Roma en audiencia.
La Iglesia greco-melquita católica también tiene jurisdicción en Argentina, México, Venezuela o Estados Unidos. Es una Iglesia oriental católica que sigue la tradición litúrgica constantinopolitana (o bizantina) en la que utiliza como lenguas litúrgicas el griego y el árabe.
Precisamente, el Papa citó hoy al Exarca Apostólico Emérito de los Greco-Melkitas que estuvo en Argentina y que conoció cuando era arzobispo de Buenos Aíres.
El Papa agradeció a monseñor Georges Kahhalé porque aprendió rápido el idioma español y por sus firmeza pastoral y en el caso de un sacerdote díscolo.
En otro momento de su discurso, el Papa también recordó Ucrania, pero también instó a no “olvidar” los doce años de conflicto en Siria.
“Recuerdo, en el primer año de mi pontificado, cuando se preparaba un bombardeo sobre Siria, que convocamos una noche de oración, aquí, en San Pedro”.
“También había algunos musulmanes, que habían traído su alfombra y estaban rezando con nosotros”, añadió.
Ucrania, pero también “la atormentada Siria”
"La querida y atormentada Siria” ha sido una expresión acuñada en ese tiempo, dijo el Papa, refiriéndose a los “miles de muertos y heridos, millones de refugiados en el país y en el extranjero, la imposibilidad de iniciar la necesaria reconstrucción”.
El Papa contó sus emociones cuando varias veces encontró y escuchó “la historia” de un joven “sirio”.
“Me impresionó el drama que llevaba dentro, por lo que había vivido y visto, pero también por su mirada, casi agotada de esperanza”, confesó.
Por ello, renovó su llamamiento llamamiento “a todos los que tienen responsabilidades, dentro del país y en la comunidad internacional, para que se encuentre una solución justa y equitativa al drama de Siria”.
En efecto, el Papa aplaudió la acción caritativa que ha cumplido la Iglesia greco católica melquita en Siria, la cual está presidida por el patriarca de Antioquia de los melquitas, cuya sede se encuentra en Damasco en Siria.
El Papa también agradeció al Patriarca, a quien definió como “un gran amigo”, Su Beatitud Youssef Absi, por “las palabras que me ha dirigido”.
Por último, Francisco bendijo “de corazón” a los presentes y el trabajo sinodal a desarrollar.
“Que la Santísima Virgen, Madre de la Iglesia, os acompañe. Y pido la caridad de rezar por mí. Lo necesito. Gracias”.