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Papa Francisco: El bien no hace ruido, pero construye el mundo

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Ary Waldir Ramos Díaz - publicado el 23/05/22
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El Pontífice agradeció “la acogida en Italia de los refugiados de Ucrania, especialmente de las mujeres y los niños que huyeron de esta absurda guerra”

“El bien no hace ruido, pero construye el mundo”. Lo dijo el papa Francisco al recibir en audiencia  a los Voluntarios del Servicio de Protección Civil de Italia esta mañana, lunes, 23 de mayo de 2022, en el Palacio Apostólico Vaticano. 

El Papa destacó la labor de la Protección Civil, especialmente durante la reciente pandemia, que sirvió a “las familias más frágiles”, los ancianos y las personas vulnerables. Asimismo, subrayó la asistencia a tantos “enfermos, pobres o solos en casa”.  Y valoró positivamente la acción de los voluntarios a favor de “la campaña de vacunación”, gratuita. 

La protección fue la palabra clave del discurso del Papa. Entonces, indicó “la ayuda humanitaria y la acogida en Italia de los refugiados de Ucrania, especialmente de las mujeres y los niños que huyeron de esta absurda guerra”. 

“Gracias por lo que habéis hecho y seguís haciendo en silencio. El bien no hace ruido, pero construye el mundo”, añadió. 

"¡Nunca más la guerra!"

El Papa reflexionó  también hoy sobre la guerra como derrota para la humanidad y sobre las amenazas del cambio climático:

Las emergencias de los últimos años, relacionadas con la acogida de refugiados que huyen de las guerras o del cambio climático, nos recuerdan lo importante que es encontrar a alguien que tienda la mano, que ofrezca una sonrisa, que pase el tiempo libremente, que haga que uno se sienta como en casa”. 

Todas las guerras marcan una rendición de la capacidad humana de protección. Una negación de lo que está escrito en los compromisos solemnes de las Naciones Unidas. Por eso, San Pablo VI, al hablar en la ONU, proclamó: "¡Nunca más la guerra!" (4 de octubre de 1965). Repitámoslo hoy ante lo que ocurre en Ucrania, y protejamos el sueño de paz de los pueblos, el sagrado derecho de los pueblos a la paz”, agregó. 

El 266º Sucesor de Pedro indicó que dedicar tiempo, atención y servicios a los más frágiles es mejorar la sociedad. 

Aislamiento social

Entretanto, afirmó que la protección salva del “aislamiento social”. “Es una forma muy importante de dar voz a la esperanza. No olvidemos que "la reciente pandemia nos permitió recuperar y apreciar a tantos compañeros de viaje que, atemorizados, reaccionaron dando su vida”, dijo. 

Realmente no nos salvamos solos. Tenemos que entender y ver que nuestra vida depende de la de los demás y que la bondad es contagiosa. Estar cerca de nuestros hermanos y hermanas nos hace mejores, más útiles y solidarios”. 

En otro momento de su discurso, el Papa invitó a promover “la protección contra las catástrofes medioambientales”. 

Y rememoró el viejo dicho en español: "Dios siempre perdona, los hombres a veces perdonan, la naturaleza nunca perdona". 

“Los cambios climáticos de nuestro tiempo han multiplicado los fenómenos meteorológicos extremos, con consecuencias dramáticas para las poblaciones civiles”. 

¡La tierra grita!

“¡La tierra grita!”, anotó el Papa, “cuando forzamos la mano, la naturaleza muestra su rostro cruel y el hombre se ve aplastado, obligado a gritar su miedo”. 

La tercera protección es la prevención”. Para el Papa “el bien del mundo exige también que cada uno proteja y ame su propia tierra" (Fratelli tutti, 143). 

“Hay que formar conciencias para que los bienes comunes no se abandonen o sólo beneficien a unos pocos. Y vigilar para que los acontecimientos adversos no desencadenen desastres irreparables en la población”. 

En un sentido positivo, afirmó, “es importante educar en la belleza, valorar las historias de vida y las tradiciones, las culturas y las experiencias sociales”. Esto es convertirse en “artesanos de la esperanza”. 

Proteger es, por tanto, cuidar. “Sólo sabemos hacerlo con ternura si nos reconocemos ante todo cuidados. Dios es Padre, nos cuida y no deja que nos falte su amor”. 

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