Es posible que ya sepas algo sobre cómo comía la gente en los tiempos bíblicos. Y tal vez hayas leído algo sobre lo que Jesús mismo solía comer. Uno de los alimentos que estaría en el menú, y que ha resistido la prueba del tiempo en toda la cristiandad, es el fruto prensado del olivo: el aceite de oliva.
El aceite de oliva es tan apreciado que hasta el Vaticano canta sus alabanzas. En una reunión reciente de la Pontificia Academia de Ciencias, en la Casina Pio IV (edificio del siglo XVI ubicado en los Jardines del Vaticano), académicos y expertos discutieron la importancia del aceite de oliva en la historia de la salvación y en la cultura cristiana actual.
“Es difícil encontrar un símbolo más oportuno de esperanza y justicia”, dijo el obispo Marcelo Sánchez Sorondo de Argentina, filósofo, teólogo y presidente emérito de la Academia.
El olivo no solo es un símbolo poderoso a lo largo de la historia bíblica; el Mesías, que significa "ungido", tiene relación con el aceite sagrado, que se habría entendido como aceite de oliva.
De hecho, los aceites sagrados de la Iglesia que se usan hoy en día en sacramentos como el bautismo, la confirmación, las órdenes sagradas y el sacramento de los enfermos generalmente se hacen con aceite de oliva.
En la conferencia, el cardenal Giovanni Battista Re dijo que el aceite de oliva es un "símbolo del Espíritu Santo".
Pero el aceite de oliva no tiene solo significados simbólicos y sagrados; también se ha considerado desde siempre como beneficioso para la salud.
Asociado con la dieta mediterránea, el aceite de oliva, en particular el virgen extra (AOVE), que es el menos procesado, tiene un alto contenido de ácido oleico y antioxidantes y se dice que es un alimento nutritivo y útil.
El aceite de oliva se usa mejor crudo para aliñar de todo, desde ensaladas hasta helados; pero también se puede usar en productos horneados como pasteles y panes, así como mezclado con verduras asadas; o para freír algo a baja temperatura.
Los participantes en la conferencia del Vaticano señalaron la centralidad del aceite de oliva en la dieta mediterránea; que se considera una de las mejores formas de comer en el mundo en términos de sus beneficios para la salud.
“Los expertos nos han explicado que el 30 % de la dieta mediterránea está representada por el aceite y sus beneficios en la prevención de enfermedades”, dijo el obispo Marcelo Sánchez Sorondo.
Y si tenemos en cuenta cómo se cultiva un buen aceite de oliva, tiene un efecto de gran alcance; pues se debe considerar cómo cuidar mejor la tierra, así como también cómo procesar el aceite adecuadamente para mantener sus nutrientes.
En resumen, debemos considerar y apreciar las muchas formas culturales y sagradas en que usamos el aceite de oliva para mejorar nuestras vidas; ya sea en momentos sacramentales o en nuestras iglesias domésticas: nuestros hogares, donde cocinamos y comemos con nuestros seres queridos.
Así que, la próxima vez que abras una botella de aceite de oliva (y asegúrate de comprar buen aceite), puedes dar gracias a Dios por una sustancia que ha revelado Su bondad a lo largo de los siglos.