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Doctor Ramón Tallaj: “Tenemos que volver a traer al médico primario a Estados Unidos”

RAMON TALLAJ

El doctor Ramón Tallaj, fundador de la red de médicos SOMOS.

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Dolors Massot - publicado el 12/05/22
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“Para mí la guerra del COVID-19 es una de las más grandes que ha librado este país y nos agarró desprevenidos”, avisa el fundador de SOMOS. En entrevista con Aleteia, muestra qué lecciones debemos tener en cuenta a partir de ahora, especialmente en Estados Unidos

El doctor Ramon Tallaj es el fundador y presidente de la junta directiva de SOMOS, una red de médicos que atiende a personas de escasos recursos en Nueva York.

Su papel en la lucha contra la pandemia del coronavirus ha sido decisivo para los 8 millones y medio de habitantes de esta ciudad, y más concretamente para las comunidades hispana, asiática y afroamericana.

El doctor Tallaj ha liderado la lucha contra la COVID-19 desde los inicios

Su trabajo se ha centrado en la atención sanitaria pero ha ido más allá, para dotar de recursos humanos y económicos a una población que estaba en peligro de muerte.

Este doctor de origen dominicano ha tenido en sus manos la vida de millones de personas y ha querido entregarse a una misión casi imposible: unir los esfuerzos de todos en la batalla contra el coronavirus. 

Buscando recursos a brazo partido

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“Ya en febrero de 2020 sabíamos que lo que venía no era una epidemia común y corriente”, afirma. “Trabajamos conjuntamente con nuestros hermanos chinos que son parte de SOMOS, el Dr. Chen y su grupo, y buscamos todos los datos de lo que estaba pasando en Wuhan y toda Asia. Nos dimos cuenta claramente de que esta situación se iba a ir de las manos y empezamos no solamente a buscar PPE [FFP2 o similares]. A principios de marzo incluso pedimos en China material para las pruebas de anticuerpos porque sabíamos que en un momento indeterminado saber si teníamos inmunidad iba a ser importante.”

“Hicimos miles de panfletos para educación. Dimos la orden de poner telemedicina en cada una de nuestras oficinas. Hicimos una gran reunión el día 5 de marzo de 2020 en la que dimos instrucción a todos nuestros médicos. Incluso el gobernador Cuomo habló con nosotros ese día pidiéndonos que lo ayudáramos.”

11 de marzo de 2020: la OMS declara que la COVID-19 es una pandemia.

13 de marzo de 2020: el presidente Donald Trump declaró la emergencia nacional.

Son fechas importantes en la historia de la pandemia en Estados Unidos y en el mundo.

Los únicos que estaban en la calle

“Desde el día 14 de marzo de 2020, SOMOS ha estado en la calle. Es posiblemente la única entidad de salud que estuvo en las calles desde un principio, sin ningún permiso, diciendo cómo debían hacerse las cosas, lidiando con un virus como el SARS que entendíamos que venía por el aire.”

“Pusimos el primer centro diagnóstico en el Downtown, en el Stock Exchange, pero luego lo pusimos en Queens y ¿de qué nos dimos cuenta? El 70% de la gente era positiva. Entonces dijimos ‘tenemos que hacer aislamiento de nuestra gente’ y nos dimos cuenta de que muchas de nuestras autoridades no estaban preparadas para atender un brote de tal magnitud."

"Era un virus mortal, nadie -prosigue- quería estar en la calle, ni siquiera las autoridades pertinentes que tenían que hacer el track and tracing. Dijimos desde un principio que teníamos áreas calientes donde había demasiados casos como fue en Queens y, obviamente, 5-6 días después vimos cómo esos hospitales de Queens se abarrotaron y tanta gente murió. ¿Por qué? Porque nuestra gente estaba positiva y no había un sitio para aislarlos. No se hizo track and tracing, aunque lo pedía a gritos. Pedí que me dieran escuelas, que me dieran gimnasios, que me dieran hoteles para poner a nuestra gente y aislarla en ese momento.”

Nuestra gente -explica el doctor Tallaj- se afectó más, porque son los que tienen que estar en el medio. Son los trabajadores esenciales, aquellos que tienen que ir a manejar los autobuses, que tienen que servir la comida, manejar el tren, hacer el transporte de comida. Esas personas se iban a infectar más, porque si no iban a trabajar, no comían, no podían pagar la renta.”

Tallaj recuerda algunos de los medios que se pusieron en marcha para frenar la pandemia: “Abrimos una línea 1-833-SOMOS-NY para dar información a nuestros pacientes, compramos millones de máscaras, cientos de miles de PPE, tratamos de buscar donde fuera para hacer la prueba”. “Pusimos telemedicina para que nuestros médicos pudieran seguir dando servicios a nuestros pacientes”, agrega.

Para SOMOS, la batalla contra el coronavirus implicó la atención real de los pacientes. Eso, por desgracia, produjo la muerte de varios médicos de la red. “Doce de ellos -relata- murieron en el front line, en el real front line, en el que hacía diagnóstico, el que veía a sus pacientes en su oficina. Eso fue muy difícil para nosotros. Esa parte [de lo que ha sucedido] aunque no se dice mucho todavía, nos queda en la cabeza y nos molesta, que tantos de nuestros médicos perecieran al frente.”

¿Por qué se produjo una situación tan preocupante? El doctor Tallaj lo explica así:

“Nuestra población es una población pobre que tiene que trabajar para comer y pagar las rentas. Nuestros edificios donde vivimos tienen apartamentos pequeños. Cuando una autoridad les dice que esté en six feet apart, uno va a estar fuera de la ventana y otro fuera de la puerta. Se infectaba una persona trabajando en la calle, iba a la casa, lo encontrábamos positivo, pedíamos que le hicieran aislamiento, y no sucedía. Nadie estaba pendiente. Todo el mundo estaba escondido. Aquellas autoridades que tenían que hacer el trabajo para aislar a los pacientes, no entendían que había que aislarlos en ese momento. Por eso tanta gente nuestra murió.”

Testing sites sin permiso oficial

El doctor Ramon Tallaj hizo, en aquella situación, otro significativo gesto de audacia. “En SOMOS -recuerda- no solamente pusimos testing sites sin permiso de nadie, sin orden de nadie, en varios sitios de la ciudad. También nos dimos cuenta de la gran tragedia que ese problema sanitario traía a la comunidad.”

De ahí salió que SOMOS diera millones de alimentos, de raciones de comida. Podíamos ver algo que no se veía desde la Gran Depresión: miles de personas en fila de diferentes partes de la ciudad.”

“Ya para el mes de abril, las personas estaban sin trabajo, muchos perdieron sus seguros médicos. ¿Con qué iban a comer? La mayor parte de nuestra gente en una encuesta que hicimos, tenían de 300 a 500 pesos para casos de emergencia, ya no había comida. De ahí salió que SOMOS diera millones de alimentos, de raciones de comida. Podíamos ver algo que no se veía desde la Gran Depresión: miles de personas en línea de diferentes partes de la ciudad.”

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“En el reparto de alimentos, otros se unieron. “SOMOS empezó a dar comida. Doy las gracias a la gente de Marc Anthony con Maestro Cares y a la gente de World Central Kitchen [fundada por el chef José Andrés], porque ellos realmente fueron unos compañeros en este trabajo para que esa comida llegara a toda nuestra gente.”

Una gran experiencia en situaciones de catástrofe

Ahora que ha transcurrido algún tiempo, sorprende que SOMOS se supiera organizar tan rápido en la crisis del coronavirus.

Y es que para SOMOS y para el doctor Tallaj no era la primera situación de emergencia que vivían.

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“Cuando hubo el terremoto en Haití, fuimos. Pero no solamente a Puerto Príncipe. Fuimos a Jackmel, en pequeños aviones destartalados de 60 años por lo menos, para ir a llevar ayuda. Cuando pasó el terremoto de Nicaragua, estuvimos presentes. Cuando pasó el huracán María, todo el mundo llevaba ayuda a las ciudades grandes. Nosotros nos fuimos a las montañas. Para los diabéticos, llevábamos plantas de energía solar, para que pudieran poner sus insulinas en refrigeradores manejados por plantas solares. Teníamos un trabajo hecho para saber lo que son las crisis y cómo manejarse de inmediato. Por eso SOMOS estaba preparado.

¿Por qué quiso ser doctor?

En realidad, la preparación para situaciones difíciles al Dr. Ramon Tallaj le llegó de muy pequeño.

Cuando todavía vivía en República Dominicana, el Doctor Tallaj era viceministro de Salud, pero la Iglesia Católica le pidió que marchara a Estados Unidos para atender a los hispanos.

“Me crié con mi tío, un pediatra muy reconocido en mi país, un héroe de la lucha antitrujillista. Un héroe porque también fue de los Cursillos de Cristiandad y un héroe porque salvó a tantos niños y tantas vidas. Vi tanto sufrimiento en niños con diarrea en un país tan pobre, con tantas enfermedades infecciosasY también vi a una prima que murió de cáncer. Todo eso forjó en mí claramente una idea: hacerme médico.”

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El doctor Tallaj está profundamente agradecido a Dios por lo que ha recibido en la vida: “Hacer algo que te gusta, crear una familia y criar a cuatro hijos que están también en el área de la salud es importante. Pero más grande que todo es que el Todopoderoso me haya dado los recursos, en estos días de mi vida, en estos últimos cinco años, para que eso que yo hacía a nivel local con pacientes lo pueda hacer de una manera global, con un sentimiento más humanitario y más apegado a la necesidad de un gran grupo de personas que están con pocos servicios, en áreas de pocos recursos. Gente pobre, no solamente pobre de dinero; pobre porque realmente no tiene la capacidad de moverse en el país si no tiene la ayuda de gente como nosotros.”

Ramón Tallaj puso en marcha SOMOS, la red de médicos que atiende a personas sin recursos en la ciudad de Nueva York, en 2015.

Estamos hablando de cerca de casi un millón de pacientes de Medicaid, un programa de seguros de salud del Gobierno de Estados Unidos para los más necesitados.

“A veces pienso que yo puse a arriesgarse a mucha gente”

Con la pandemia, el doctor Tallaj enseguida supo que su cometido iba mucho más allá de la atención médica. Y que el trabajo suponía un riesgo importante para su vida y la de los suyos.

El doctor Tallaj confiesa ser consciente de que en la tarea que asumió y sigue llevando a cabo “hay un riesgo. Yo tengo 65 años. A veces pienso que yo puse a arriesgarse a mucha gente que me siguieron sin dudarlo. Algunos de ellos murieron. Doce de nuestros médicos murieron en esa batalla. Dicho sea de paso, SOMOS es la única institución con tantos muertos, porque estuvieron realmente en el frente de batalla real, donde se hacia el diagnóstico y mandábamos a la gente al hospital. Yo estuve en el medio con mi familia y con mi esposa, y sufrí las consecuencias.”

Recuerda, en el plano personal: “Tenemos tres hijos médicos. A un hijo que no es médico y que estuvo conmigo desde el principio, le dio el virus. A él y a toda su familia. Otro se contagió trabajando en un hospital. Estuvo solo y fue espantoso, con fiebre por más de diez días, sin saber, dejándole la comida en la puerta de su apartamento, sin poder entrar porque teníamos la posibilidad de coger el virus.”

Además, su hija también enfermó: “Mi hija estuvo en el hospital veinte días con fiebre, y gracias a Dios pudimos en el último momento salvarle la vida.”

En esa situación, el doctor asegura que ha trabajado “siempre con fe. Así como hizo marcar el Espíritu Santo las casas con una cruz roja en las puertas en Egipto, así nos sentíamos nosotros protegidos, que el Todopoderoso nos iba a proteger. Obviamente también tomamos precauciones. Usamos vitamina C, vitamina D, usamos la hidroxicloroquina... Pero nosotros sí tuvimos miedo, mucho miedo pero teníamos más miedo de no salvar vidas. Alguien tenía que hacer el trabajo”.

En recuerdo del doctor Decoo

El doctor Tallaj vuelve a recordar a los médicos de SOMOS que fallecieron. Entre ellos, cita al doctor Decoo, “que agarró el virus viendo pacientes en su oficina. Tenía 69 años y no toleró el virus y murió, luego de batallar arduamente.”  

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También recuerda a “uno de nuestros dentistas, que fue a un hospital y lo intubaron y no salió. Después fue difícil encontrar su cuerpo dentro de un camión, muy difícil.”

Tallaj menciona que en esta tragedia también hubo “algunos pacientes indocumentados. Nos llamaban los familiares asustados porque no sabían qué hacer. Y esos pacientes murieron solos en el hospital. O muchos de ellos en las casas. Quizás todavía algunos de ellos están sin enterrar hoy.”

Para el doctor Tallaj, esta historia de dos años de pandemia llena de luces y sombras en Estados Unidos nos trae una lección que no debemos olvidar.

Injusticia y desigualdad social

De la gestión de la pandemia, en opinión del doctor Tallaj, “el punto más difícil de todo para mí es ver como había una doble calidad de servicios. Para la elite como los jugadores se podía conseguir aislamiento en hoteles y cada 3 días se les hacía la prueba y jugaban sin fanáticos. Y yo decía ‘pero yo no tengo una habitación para aislar a mi gente, una cama en una escuela, ¿cómo es posible que estén pidiendo separar a los deportistas en hoteles y hacerles testing cada 3 días? ¿Por qué hacerles prueba cada 3 días, si están aislados, no hay fanáticos? ¿Sabes por qué? Porque la chusma, porque los leprosos, esenciales, los hispanos, los afroamericanos, teníamos que servirles la comida, manejar el autobús, limpiarles la cama a esa elite. Qué vergüenza.”

Hoy el doctor hace evaluación de estos dos años de pandemia: “Si tengo que ver para atrás todo lo que ha pasado, primero llama la atención el gran número de muertes, de seres humanos que cayeron. Para algunos las guerras nucleares, las guerras convencionales son más importantes que esta porque se produce dinero, crea controversia, envuelve países. Para mí esta guerra es una de las más grandes que ha librado este país y nos agarró desprevenidos."

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El doctor abunda en la idea: "Nos agarró sin los recursos necesarios, recursos humanos, materiales. Nos agarró divididos, polarizados y no nos permitió actuar de una manera unísona. No nos permitió tomar decisiones basadas en lo mejor para los seres humanos que vivían en este país y creo que es algo que tenemos que ver para el futuro. Pero para eso primero tenemos que volver a hablar, buscar los puntos comunes más que buscar los que nos dividen. No usar los puntos débiles de las personas para ganar posiciones o puestos políticos. Estoy cansado de que tengamos tanta asma en sitios que por 30 años no hemos mejorado. Estoy cansado de que hablemos de diabetes sin controlar en nuestros barrios. Yo creo que tiene que haber un punto donde nuestros líderes despierten a esta realidad por sus hijos, por sus nietos, por las futuras generaciones.”

“Tenemos que volver a traer al médico primario”

Antes de la pandemia, la atención a las personas más desfavorecidas era un asunto de primer orden. Ahora, con lo ocurrido en los dos años de pandemia, el doctor Tallaj está convencido de que SOMOS es un modelo de salud imprescindible.

“Nosotros -dice- creamos SOMOS porque queríamos cambiar la situación de la salud en los Estados Unidos, sobre todo en las comunidades pobres. Volviendo a traer al médico primario, poniéndole atención a la calidad del servicio, en sitios donde hay desigualdad social y falta de recursos, no solamente recursos de dinero sino también de recursos humanos; donde la gente inclusive no habla tu idioma en el sector salud. La salud no puede ser basada en un edificio, la salud tiene que ser basada en una comunidad, en el ser humano y sus necesidades, como un todo. De esa manera SOMOS bajo mi liderazgo, ve la salud en nuestros barrios.”

De ahí que SOMOS se vea como imprescindible a todas luces: “Instituciones como la nuestra -explica Tallaj- no existen en el país. SOMOS es única y obviamente por ser única muchas veces por las tantas diferencias políticas de este país, un grupo u otro quisieran mirar hacia otro lado. Porque los intereses siempre aquí han estado basados en hospitales.”

El paso actual en la guerra contra la pandemia del coronavirus se centra en la vacunación.

El Dr. Tallaj sigue aprovechando cada momento para hacer pedagogía de la vacunación. “Nos ponemos la vacuna para defendernos del virus, pero lo más probable es que a todos nos va a dar el virus, que la mayoría lo vamos a encontrar. ¿Cómo quieres que te encuentre ese virus? ¿Vacunado o sin vacunar? Ahí está la diferencia.  Decimos ‘jóvenes, ustedes de entrada estarán más protegidos con este virus. Si están, mucho mejor, ustedes quizás se pueden quitar la máscara en sitios si están vacunados’. Personas mayores, con otras enfermedades… o sin las enfermedades, solamente por la edad, como yo, en sitios donde hay mucha gente, quedémonos con las máscaras. Si nos la quitamos y nos da el virus, yo espero que estemos vacunados porque nos puede salvar. Pero si no estamos vacunados, vamos a ser parte de este grupo de 900.000 o más que ha muerto en este país. [nota de la edición: 997.000 fallecidos hasta el 11 de mayo de 2022]”

Para el doctor Tallaj, hay algo que ha resonado especialmente en su cabeza durante todo este tiempo.

“Hay dos frases que pudieran ser muy importantes”, afirma. “La primera es cuando Jesús les dijo a sus apóstoles cuál era el más importante de los mandamientos. La primera parte es clara: amar a Dios sobre todas las cosas, con todo tu cuerpo, toda tu alma, todo tu ser. La segunda parte es la difícil: amar a los demás como a ti mismo y atenderlo como tú quisieras que te atiendan. Ha sido nuestro lema.”

“Somos humanos -confiesa- y cometemos, hemos cometido, cometeremos errores. Pero es esa devoción, esa fe que tengo en mi religión cristiana lo que me da la fuerza. Es una formación fuerte que se ha agigantado en estos últimos dos años. No solamente por lo que nos ha pasado y lo que hemos hecho, por la protección que nos ha dado para hacer este trabajo, los recursos que nos ha entregado para desarrollarlo, sino también porque en cada momento de mi vida, en cada acción que hago, le hago siempre la pregunta ‘si es tu voluntad’. Y ahí creo que la mayor parte de las veces Él nos responde y actuamos de esa manera. Muchas veces no lo seguimos y caemos pero qué tan lindo es levantarse y volver a creer en nuestra fe y atraer a muchas más personas.”

El doctor Tallaj desvela algo que muy pocas personas sabían: “Estamos orando todos los días, desde que esta pandemia empezó, un grupo a las 8 de la noche.”

Tallaj se remonta al 26 de marzo de 2021, “cuando les pedí que fueran a leer Isaías 26:20, que claramente habla de cuarentena.”

“No tengo la menor duda de que existe algo -asegura- después de que salimos de esta tierra. Tengo tanta fe y de manera personal, una revelación que me pasó durante todo este trayecto, que mis amigos cercanos conocen. Por lo cual yo sentía y entendía que andaba con una bandera de protección, con Su manto al lado mío para hacer mi trabajo.”

“El primer día les dije a todos y a la gente que no eran médicos: ‘Mientras ustedes recen, nosotros trabajamos en el frente. Mientras ustedes recen vamos a seguir educando a nuestra gente y vamos a estar en el medio sin miedo. Por favor no paren de rezar. Hasta el día de hoy no hemos parado y seguimos orando, seguimos trabajando.”

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La pandemia del coronavirus nos ha cambiado a todos. El doctor Tallaj explica cómo ha sido esta transformación personal en su caso.

Un cambio personal

“Antes yo era una persona que quería tener bienes. Son importantes para la familia: seguridad alimenticia, seguridad de salario, seguridad de transporte, seguridad de educación… He logrado eso con todos mis hijos."

"Ya mi intención -prosigue- es continuar, como le he dicho a mi CEO, el Dr. Mario Paredes, y que todos los recursos se usen con toda el alma, todo el corazón y todo el esfuerzo para nuestro lema de ayudar al pobre, dar de comer a los hambrientos, atender a los enfermos y tratar de que ayudemos a los demás como nosotros queremos que nos ayuden. Y es difícil. Porque son cosas que van cambiando y, en nuestro caso, lo más grande es que nos ha proveído el Señor en recursos de riquezas terrenales, nos ha alejado de querer tenerlas para nosotros. Nos ha hecho querer tener más de lo que no es terrenal y seguir haciendo el trabajo por los otros.”

Aquí tienes el contenido de la entrevista al Dr. Tallaj en el canal de Aleteia en Youtube:

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