Albina es rusa, Irina es ucraniana. Las dos jóvenes mujeres llevarán juntas la cruz en representación de las familias que dicen no a la guerra durante el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma, 15 de abril de 2022.
El gesto de paz querido por el Papa Francisco simboliza la Pasión. Apenas ayer ha publicado un libro contra la guerra y por la valentía de construir la paz. Además porque afirma que las guerras las deciden unos pocos potentes de turno. Mientras son los pueblos los que ponen la sangre y las lágrimas.
Albina es rusa y estudiante de tercer año de la carrera de Enfermería en la Universidad Campus Bio-Médico de Roma. Irina, ucraniana, es enfermera del Centro de Cuidados Paliativos “Juntos por la cura” de la Fundación Policlínica Universitaria del Opus Dei.
Las dos mujeres, que participarán juntas en el Vía Crucis presidido por el Papa Francisco en el Coliseo el Viernes Santo por la noche, pasaron juntas los duros meses del Covid, luego vino la guerra. La preocupación de Albina era que ya no la aceptara, pero la seguridad en los ojos de Irina las unió aún más. “Yo soy rusa pero no quiero la guerra”.
Las dos enfermeras, en una entrevista al noticiero TG1 de la RAI, aseguran que la guerra ha tocado sus corazones y sus sentimientos recíprocos de aprecio no cambian. Ellas se aprecian como personas, mujeres y profesionales al servicio de salvar vidas y comparten “el sufrimiento de los dos pueblos”.
La guerra – cuenta Irina- “nos ha unido más. Porque el sufrimiento de los dos pueblos es algo que nos acerca y no ha sido algo querido por nosotros”. Albina pide una solución y trabajar por la paz. “Nadie merece vivir bajo las bombas, y los niños no deben despertar en un búnker antiaéreo”.
Decisión del Papa criticada
Algunas personalidades políticas y religiosas ucranianas -en particular, el arzobispo greco-católico Sviatoslav Shevchuck y el embajador ante la Santa Sede Andrii Yurash- han expresado sus criticas a la iniciativa apoyada por el Papa Francisco de Irina y Albina representen las familias ucranianas y rusas en el Vía Crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma.
En efecto, ¿por qué nuestras tierras se han vuelto tan oscuras como el Gólgota?”. Es la cuestión que resonará al paso de la cruz que llevarán Irina y Albina juntas durante la XIII estación (Jesús mueren en la Cruz).
Mientras tanto, el nuncio apostólico en Ucrania, monseñor Visvaldas Kulbokas, comentó la decisión del Papa, criticada en Ucrania, como un momento de oración bajo la cruz, dado que la Pasión de Cristo, une y no divide bajo la cruz; pues allí, mientras burlaban, abofeteaban y latigueaban a Jesús estaban sus verdugos, personas indiferentes, y justas. Sin embargo, bajo la cruz todos participan.
Monseñor Visvaldas Kulbokas es uno de los pocos diplomáticos que nunca ha salido de Kiev: “Comprendo a los ucranianos que me dicen que en este momento es difícil aceptar otra señal que no sea la de la compasión”, continuó el prelado lituano.
En cuanto al Vía Crucis, “la cruz de Jesús tiene la vocación de reconciliarnos a todos con Dios en primer lugar, y esto es necesario en todo momento, incluso ahora. Sin embargo, si -dijo Monseñor Kulbokas- alguien quisiera interpretar ese pasaje como un signo de reconciliación entre rusos y ucranianos, sería demasiado pronto. Esto será posible cuando la guerra termine, no ahora, con la agresión en curso y las heridas abiertas. En este sentido, la señal puede ser válida para el futuro, cuando sea necesario reconstruir el perdón tras la guerra, que esperamos que llegue pronto”.
La polémica
Las armas del Evangelio – destacó el Papa en la audiencia general del miércoles santo– son “el perdón y el amor gratuito al prójimo, a todo prójimo”. Palabras del Obispo de Roma que trascienden la polémica que se desató el martes por parte del embajador ucraniano ante la Santa Sede, Andrii Yurash. Éste manifestó en un tuit que no quería que dos familias, una rusa y una ucraniana, llevarán la cruz juntas durante el Via Crucis en el Coliseo.
Y, sucesivamente, Yurash ha propuesto a la Santa Sede que sustituya a Albina con una mujer polaca, nación que ha recibido a millones de desplazados ucranianos durante la agresión rusa a Ucrania.
El Papa es un pastor, no un político
Por su parte, el director de la Civiltá Cattolica, Antonio Spadaro, S.J., defendió el miércoles la decisión del Vaticano y aplaudió el testimonio de Irina y Albina.
El embajador ucraniano Andrii Yurash tuiteó que “entiende y comparte la preocupación general en Ucrania y muchas otras comunidades sobre la idea de reunir a mujeres ucranianas y rusas” para llevar la cruz durante parte de la procesión del viernes.
“Tienes que entender una cosa”, dijo Spadaro en entrevista a la RAI. El Papa Francisco “Es un pastor, no un político”. En referencia a las palabras del embajador Yurash.
Spadaro afirmó que la imagen de las dos mujeres llevando la cruz juntas puede causar escándalo “porque representan algo que no se puede obtener” ahora: “paz”.
Sucesivamente, escribió en redes sociales, Francisco “actúa según el espíritu evangélico, que es el de la reconciliación incluso contra toda esperanza visible durante esta guerra de agresión que ha definido como “sacrílega”.
Por eso, ha consagrado también a Ucrania y Rusia juntas al Corazón de María. En la procesión Albina e Irina, llevarán la Cruz el Viernes Santo. No dirán ni una palabra. Ni siquiera una petición de perdón o algo así. Nada. Están bajo la Cruz. Escandalosamente juntas. Es un signo profético mientras la oscuridad domina. Y es una invocación a Dios para que nos dé la gracia de la reconciliación”.
Hoy celebramos a...