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Se casaron… y plantaron diez árboles de papaya

Momento de la ceremonia

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Jaime Septién - publicado el 20/02/22
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La boda al nuevo estilo Laudato Si' y la enseñanza que deja al mundo católico

El movimiento Laudato Si’ que sigue el esquema planteado por la encíclica del Papa Francisco sobre la biodiversidad, mismo que lleva a cabo campañas mundiales para generar un planeta sano con gente sana, tiene un modelo de boda religiosa que presentar a las nuevas generaciones de novios católicos.

La boda en cuestión se efectuó en Burundi entre el animador de Laudato Si' en aquel país africano, Steeven Kezamutima, y su prometida, Anne Marie Kundane. La reflexión que motivó esta boda la hizo Kezamutima tras haber asistido a muchas bodas en la que veía a los novios y a sus familias hacer exactamente lo mismo: derrochar dinero en comida y bebida y en que los invitados “se la pasen bien”.

Además del gasto del día de la boda, --pensaba Kezamutima—los vestidos, los conjuntos musicales, los trajes y los adornos, consumían recursos económicos y muchos materiales que, finalmente, podrían contaminar, extendiendo al infinito la huella de carbono que provoca el cambio climático.

En un reportaje de Jonathan Braden para la página del Movimiento Laudato Si’, refiere que Kezamutima, al ver todo el boato (sin contar el desperdicio de alimentos que se produce en las bodas multitudinarias) se preguntó: “¿Qué pasa con la Madre Tierra?”. El keniano habría leído aquel pasaje de la encíclica de Francisco en el que afirma:

Dado que el mercado tiende a promover el consumismo extremo en un esfuerzo por vender sus productos, las personas pueden quedar atrapadas fácilmente en un torbellino de compras y gastos innecesarios

Braden recuerda, también, las palabras de San Juan Pablo II en su encíclica Centesimus Annus:

Igualmente preocupante es la cuestión ecológica que acompaña al problema del consumismo y que está íntimamente ligada a él

La pareja quiso seguir el texto de la encíclica de Francisco en su boda. “Plantaron árboles de papaya e invitaron a sus amigos, a los que estaban en la boda y a los que miraban desde casa, a unirse a ellos para plantar árboles para que los disfrutara la próxima generación”, informa Braden.

“Usamos nuestra boda… para comunicarnos sobre Laudato Si', para comunicar la conexión entre el amor, las familias y el desarrollo, porque encontramos todo esto en la encíclica Laudato Si' del Papa Francisco”, dijo Kezamutima.

La historia de ambos contrayentes no puede ser más esperanzadora en una sociedad donde los descartados parecieran no tener quién les eche una mano. Ambos son huérfanos abandonados y recogidos por SOS Children's Villages en Burundi. Kundane perdió a sus padres y Kezamutima a su padre, víctimas de la violencia étnica que azotó a Burundi en la última década del siglo pasado.

Se conocieron en 2009 y han unido sus vidas de la mano de Laudato Si’. De hecho, Kezamutima asistió a la primera conferencia Laudato Si' de África celebrada en la Universidad Católica de África Oriental en Nairobi (Kenia) en 2015, pocas semanas más tarde de haber sido publicada la encíclica papal.

“En 2018, comenzó a alentar a todos los que conoce a plantar un árbol en su cumpleaños. También comenzó su trabajo como Gerente de Programa voluntario en la Oficina de Justicia, Paz e Integridad de la Creación para los franciscanos de África”, relata el reportaje de Braden.

Más tarde, por el confinamiento de la pandemia Kezamutima se inscribió en el programa de capacitación gratuito Laudato Si' Animator del Movimiento Laudato Si', mismo que equipa a los participantes con las herramientas que necesitan para liderar a su comunidad en el cuidado de nuestra casa común.

“Fue genial –explica Kezamutima-- el aprender de los expertos y de la experiencia compartida de la gente. También me ayudó a darme cuenta de que mi Iglesia tiene un papel importante que desempeñar y puede guiar a las personas hacia un cambio positivo”.

Y más adelante declara, en consonancia con el Papa Francisco: “Escuchar el clamor de la Tierra y el clamor de los pobres siguen siendo puntos clave para mí, y la conexión entre el ser humano, la creación y Dios”.

En su boda, aprovecharon las redes sociales y los novios invitaron a sus amigos de todo el mundo, personas en Austria, Kenia, Burundi, la República Democrática del Congo, Sudán del Sur y Uganda, no para darle un regalo a la feliz pareja para su boda, sino para plantar un árbol en su nombre.

“Te pido que plantes un fruto en cualquier celebración de tu vida [porque] es un regalo concreto a Dios y una inversión para las próximas generaciones”, escribió Kezamutima en su recordatorio de boda y para que los que lo recibieron, lo hicieran viral. Y ellos cumplieron su compromiso: en la Misa plantaron diez árboles de papaya.

Y en el mundo, en su nombre, se plantaron más de cien árboles de papaya, aguacate, tomate, pepino y mango. “Este fue el gran logro de nuestra boda”, dijo Kezamutima. “Usamos nuestra boda para conectarnos con la gente. Usamos nuestra boda para conectarnos con la Madre Tierra. Usamos nuestra boda también para conectarnos con el Creador”.

La pareja se casó en mayo de 2021, justo antes de la Semana Laudato Si' de 2021 . Ahora, nueve meses después, los árboles de papaya que plantaron ya comenzaron a dar frutos. “Espero que esto ahora se convierta en una tradición”, dijo Kezamutima. “No solo bodas sino también otras celebraciones, cumpleaños, graduaciones. Cualquier cosa que alguien quiera celebrar, puede plantar frutos y agradecer a Dios”.

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