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En la audiencia de inauguración del año judicial de la Rota Romana, el papa Francisco subrayó que es necesario un enfoque sinodal. Esto en referencia a la labor de verificación y juicio en los casos de nulidad matrimonial. Pues, afirmó, nunca debe faltar la comprensión hacia las personas que sufren por el fracaso de su vida matrimonial.
“Promover el perdón y la reconciliación entre los cónyuges”. El Papa instó a los miembros del Tribunal a no olvidar el camino sinodal. Lo dijo a los funcionarios encargados de recibir los casos de apelación y que emiten sentencias en los casos de nulidad matrimonia.
La visión de caminar juntos hacia un objetivo común "no es nueva en la comprensión eclesial de estos procesos”. Afirmó el Pontífice esta mañana, jueves 27 de enero de 2022, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.
Buscar la verdad
Luego recordó a Pío XII que delineó la tarea de cada participante en el proceso para buscar la verdad, manteniendo la fidelidad a la propia función de cada uno.
Esta verdad, si se ama de verdad, se convierte en liberadora".
Francisco explicó que "ya en la fase preliminar, cuando los fieles se encuentran en dificultades y buscan ayuda pastoral, no puede faltar el esfuerzo por descubrir la verdad de su unión, requisito indispensable para la curación de las heridas”.
En este contexto, dijo que eran importantes los esfuerzos “para promover el perdón y la reconciliación entre los cónyuges, y también para validar un matrimonio nulo cuando sea posible y prudente”.
El Obispo de Roma anhela que los funcionarios judiciales ayuden a comprender a los cónyuges sus responsabilidades.
El Pontífice argumentó que la declaración de nulidad no debe presentarse como si fuera el único objetivo a conseguir ante una crisis matrimonial. Tampoco como si la nulidad fuera un derecho al margen de los hechos.
La nulidad
En este sentido, ante la posibilidad de nulidad, “es necesario hacer reflexionar a los fieles sobre los motivos que les llevan a pedir la declaración de nulidad del consentimiento matrimonial, fomentando así una actitud de aceptación de la sentencia definitiva, aunque no se corresponda con sus propias convicciones”.
El Tribunal de la Rota Romana suele emitir cerca de doscientas cincuenta sentencias cada año. Por tanto, el Papa invitó a los jueces rotales unirse al camino sinodal, caminar juntos con la iglesia en un horizonte de justicia y misericordia.
Caminar juntos, entonces significa que ”los procesos de nulidad son expresión de un eficaz acompañamiento pastoral de los fieles en sus crisis matrimoniales”.
Lo cual equivale, señaló, a "escuchar al Espíritu Santo que habla en la historia concreta de las personas". La búsqueda compartida de la verdad "debe caracterizar cada etapa del proceso judicial”.
Discernimiento y misericordia
“Es cierto que en el juicio se produce a veces una dialéctica entre tesis contrapuestas; sin embargo, el proceso de confrontación entre las partes debe desarrollarse siempre con una adhesión sincera a lo que parece ser verdadero para todos”, expresó.
Francisco invita a no cerrarse “en la propia visión, pero estando también abierto a la aportación de los demás participantes en el proceso.”
“La disposición a ofrecer la propia versión subjetiva de los hechos se hace fructífera en el contexto de una adecuada comunicación con los demás, que también puede llegar a la autocrítica.
Por lo tanto, cualquier alteración o manipulación deliberada de los hechos para lograr un resultado pragmáticamente deseado es inadmisible.”
El Papa invitó a mantener un enfoque sinodal de escucha atenta y realizar un examen objetivo de los hechos. Porque "los abogados pueden hacer un daño terrible".
Es justicia, no una negociación
Sucesivamente ha recordado una historia, no relacionada con una sentencia rotal, sino con el caso de un sacerdote culpable a nivel disciplinario, en el que un juez había llamado a un obispo diciéndole que iba a dictar una sentencia como le habían dicho.
"Esto no es una negociación que se hace", concluyó Francisco, quien subrayó que el hecho de caminar juntos en el juicio "se aplica a las partes y a sus patrocinadores, a los testigos que están llamados a declarar de acuerdo con la verdad, a los peritos que deben poner sus conocimientos al servicio del proceso, así como de manera singular a los jueces".
El Papa subrayó que "la administración de la justicia en la Iglesia es una manifestación de la cura de almas, que requiere una solicitud pastoral para ser servidores de la verdad salvífica y de la misericordia".
Sinodalidad
"La sinodalidad en los procesos implica un ejercicio constante de escucha”, afirmó. También en este ámbito hay que aprender a escuchar, que no es simplemente oír. Es decir, hay que entender la visión y las razones del otro, casi identificándose con él.
Al igual que en otros ámbitos de la pastoral, también en la actividad judicial debemos fomentar una cultura de la escucha, requisito previo para una cultura del encuentro”.
Así, indicó que “las respuestas estándar a los problemas concretos de las personas son perjudiciales. Cada persona, con su experiencia, a menudo marcada por el dolor, constituye para el juez eclesiástico la "periferia existencial" concreta desde la que debe moverse toda acción pastoral judicial.
El juicio también requiere "una escucha atenta de lo que argumentan y demuestran las partes".
El Pontífice aseguró que la “investigación preliminar, destinada a averiguar los hechos, es particularmente importante”, pues “requiere tiempo, paciencia y paternidad pastoral”.
"Los jueces deben ser oyentes" de todo lo que ha surgido "en el proceso a favor y en contra de la declaración de nulidad".
El Papa dijo que los jueces están obligados a ello en virtud de un deber de justicia, animado y sostenido por la caridad pastoral". "El juridismo", añade, "no es católico".