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La doctora Rodríguez fue la jefa de la Sección Mujer del Dicasterio Laicos, Vida y Familia de la Santa Sede; es consagrada del movimiento Regnum Christi, bioeticista, filósofa y doctora en Antropología por la Universidad Gregoriana. Acaba de publicar su tesis doctoral sobre las raíces filosóficas de la teoría de género. Es parte del comité directivo de la revista Mujer, Iglesia y Mundo de L’Osservatore Romano.
--A la Iglesia católica se le acusa, desde medios externos e incluso desde dentro, de tener muy poca claridad sobre el tema del género. ¿Es cierto?
Creo que habría que hacer distinciones… si por “Iglesia católica” entendemos la posición oficial de la Santa Sede y del magisterio, yo diría que no es justa esa crítica. Si bien es cierto que en mi parecer, la introducción del término “género” en las Naciones Unidas, en 1995, pilló un poco “de sorpresa” a la Iglesia, desde entonces asumió una línea que creo que se ha mantenido en el tiempo.
-¿Cuál es esta línea de argumentación en términos generales?
En la aclaración sobre la interpretación del término “género” que hizo entonces a través de su delegación ante las Naciones Unidas, precisó que el término género no se podía separar de la identidad sexual biológica. Es lo mismo que se afirma en la Amoris Laetitia, 20 años después, en el número 56: “género y sexo se pueden distinguir, pero no se pueden separar”. Al mismo tiempo, tanto Benedicto XVI como el Papa Francisco han sido muy claros acerca de los peligros de las versiones ideológicas del género. En este nivel no veo falta de claridad.
--Pero si tenemos en cuenta que la Iglesia católica somos cada uno de los bautizados…
… aquí sí creo que ha faltado muchas veces claridad, por distintos motivos: a veces falta de precisión conceptual, otras de enfoque pastoral, o de claridad por buscar lo “políticamente correcto”… Creo que, como Iglesia, podemos y debemos afrontar mejor este tema, porque efectivamente en muchos casos nos ha faltado afrontarlo con un lenguaje adecuado.
--Ahí es adonde quería llegar, pues muchas cosas se nos imponen a través del lenguaje, la repetición y la oscuridad de términos.¿Qué es la ideología de género y qué afectaciones provoca al recto entendimiento del papel de la mujer en la sociedad?
Ideología, como su nombre indica, es una reducción de la realidad. Las ideologías de género son teorías de género que ponen el acento en uno de los ingredientes que forman parte de la identidad de género, y dejan de lado los otros. Con frecuencia afirman algo que es cierto, pero incompleto, porque deja de lado otros elementos igualmente importantes.
Muchas feministas han protestado ante algunas versiones ideológicas del género porque acaban privando de sujeto a la batalla del feminismo. En otras palabras: algunas ideologías de género pretenden superar completamente la idea de mujer, y eso supone anular el valor de la experiencia de las mujeres. No creo que ése sea el camino. La cultura y la sociedad necesitan de la aportación de las mujeres, y eso es algo por lo que hay que seguir luchando.
--Perdón por ser un tanto repetitivo, pero creo que hacemos un servicio al lector dejando en claro la distinción entre sexo y género…
El sexo es biológico y el género no solo, aunque no pueda estar separado del cuerpo sexuado. La identidad de género supone la integración de toda una serie de elementos culturales, psíquicos y personales. El sexo de los seres humanos no es como el de los animales: no está todo dado, no todo es automático. El término género permite introducirnos en la complejidad de todo lo humano, en particular en lo que se refiere a la sexualidad.
--¿Podría ahondar en la noción de “perspectiva de género”, que es, digámoslo así, la propuesta católica para abordar este tema?
Hay un comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal de Argentina publicado en 2018 que explica muy bien la diferencia entre ideología de género y perspectiva de género. Recomiendo su lectura. En el fondo, explicita algo que ya estaba contenido en el comunicado de la Santa Sede en Pekín 1995 al que me referí antes. En este comunicado, se dice que la Iglesia “no comparte la noción de determinismo biológico, según la cual todas las funciones y relaciones de los dos sexos están establecidas en un modelo único y estático”.
El género, como reconoce la *Amoris Laetitia *56, sería la interpretación socio-cultural del sexo. La perspectiva de género es así el reconocimiento de esta variabilidad de modelos en el tiempo y en el espacio. También el documento Varón y Mujer de la Congregación de la Educación Católica aclara en el número 6 la utilidad de los estudios de género (sería lo mismo que la perspectiva), porque “buscan profundizar adecuadamente el modo en el cual se vive en diferentes culturas la diferencia sexual entre hombre y mujer”.
--La Iglesia católica tiene que acompañar pastoralmente a las mujeres que se encuentran dentro de la ideología de género. ¿Cómo se pueden tender puentes desde la verdad revelada?
No se me ocurre otra fórmula distinta a la de cualquier persona que se encuentre atrapada en cualquier ideología… Acoger, escuchar, acompañar. La verdad no se impone, se propone. Pero para poder proponer, necesitamos estar en camino juntos, buscando la única verdad que nos hace libres.
NOTA: El diálogo “Teorías de género e identidad católica” se llevará a cabo el jueves 27 de enero, con una duración de dos horas a través de la plataforma de zoom. Para participar del diálogo y conocer el horario del mismo, puede acudir al sitio web:
www.liderescatolicos.net/dialogosdemujeres/