"Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado". En esta frase del comienzo del Evangelio según san Lucas hay muchos hilos y mucho contenido. Si entendemos esta frase, comprenderemos más fácilmente todo el Evangelio.
Teófilo
Este nombre tiene probablemente un doble significado. No sólo es el nombre de una persona concreta, sino que también tiene un significado simbólico.
Teófilo en griego significa "amante de Dios" o "amado por Dios". San Ambrosio lo comentó diciendo:
Para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado
La palabra griega asfaleia -de la que deriva la palabra asfalto- se utiliza para describir la "verdad" de las enseñanzas.
Es, pues, un término fuerte que indica la permanencia e inmutabilidad de las enseñanzas cristianas que emanan del Evangelio.
Lo que se te ha enseñado.
Eso significa literalmente las enseñanzas sobre las que fue catequizado, ya que en el original griego se utiliza el verbo "katecheo".
Así enseña Jesús
Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura.
Jesús es el primero que catequiza. A menudo iba a las sinagogas o se reunía con la gente para enseñarles.
En el Evangelio de hoy, Jesús indica indirectamente que en Él se cumplen las predicciones del profeta Isaías:
Jesús trata a cada persona con la que se encuentra como un Teófilo simbólico: amado de Dios. Al igual que antes enseñaba en las sinagogas, hoy habla a través de las Escrituras.
El Domingo de la Palabra de Dios, que celebramos hoy, es una buena oportunidad para hacer el propósito de abrir la Biblia todos los días, incluso en un smartphone, como nos recuerda el papa Francisco.
San Jerónimo decía que la ignorancia de la Escritura es la ignorancia de Jesús, y así el conocimiento de la Escritura es el conocimiento de Jesús.