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Rigoberta Bandini: La musa de la maternidad

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Angeles Conde Mir - publicado el 18/01/22
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“Ay mamá”, de Rigoberta Bandini es un canto a las madres, a la feminidad y a los senos, sin los que “no habría humanidad, no habría belleza”

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Puede ser en pocos meses un éxito rotundo en Europa. Mientras tanto, en España ya está causando sensación por su ritmo arrollador y por un mensaje fuera de lo común, aunque, si bien, muy explícito: ¡vivan las tetas!

¡Atención! No se escandalice todavía

Conceda a Aleteia unos minutos más de su tiempo. Verá cómo el significado de este tema es un canto a las madres, a la feminidad y a los pechos que nos amamantaron, a esas “tetas” sin las que no habría “humanidad y no habría belleza”.

Están ante una canción que no habla de los pechos femeninos de manera vulgar, sino para alabar tal atributo como fuente de vida, como la primera mesa en la que todos hemos recibido nuestro primer alimento.

“Ser madre es ser el primer hogar de cada una de las personas que están vivas ahora mismo en la tierra. Y eso me impacta”, ha explicado su autora en una reciente entrevista a una publicación especializada en moda. Pero, ¿cuál es esta canción que está rompiendo esquemas? 

Se titula “Ay mamá” y su autora es la cantante Rigoberta Bandini cuyo nombre real es Paula Ribó. La artista participará con este tema en el llamado Benidorm Fest, el certamen que se celebrará en España a finales de enero. El tema ganador será el que represente a España en el famoso festival de Eurovisión, la cita musical europea por antonomasia en la que compiten representantes de decenas de países europeos.

Entrega de las madres

La canción de Bandini es rompedora por muchas razones. Se trata de un precioso homenaje a la entrega de las madres concentrado en frases como “Tú, que has sangrado tantos meses de tu vida / Perdóname antes de empezar, soy engreída y lo sabes bien / A ti que tienes siempre caldo en la nevera / tú, que podrías acabar con tantas guerras”. 

Madres que nos dan la vida
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Porque… ¿quién, tras independizarse, no ha vuelto a casa de unos padres y se ha encontrado con su plato favorito en la mesa porque una madre siempre tiene de todo en la nevera, como pueda ser un caldo?, ¿quién no ha sido engreído, injusto o impertinente con su propia madre quien, pese a todo, siempre ha comprendido y perdonado?, ¿quién duda de que su madre no lo ha tenido fácil en esta vida?, ¿quién sino una madre es la mejor mediadora en los conflictos de la familia pudiendo poner fin así “con tantas guerras”?

El pegadizo estribillo incluso remite a las primeras palabras de los bebés repitiendo sin cesar la palabra mamá. En una sociedad en la que se dificulta y menosprecia a la maternidad y se relativiza e instrumentaliza lo femenino, resulta excepcional encontrar una canción en la que tan claramente, con tan pocas palabras y sin cursilería se reivindiquen ambas como son.

Es más, la letra resalta la importancia del pecho femenino, no como un arma, sino como un atributo del que emana la misma existencia. Por eso, la letra es muy explícita a este respecto: “No sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas, sin ellas no habría humanidad ni habría belleza y lo sabes bien”.

La libertad del milagro de la vida

Y esa fuerza de las madres y que confieren las madres a quienes no son madres es el motor que cambia el mundo: “Mamá, mamá, mamá paremos la ciudad, sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix”. La artista hace alusión en este verso al cuadro “La libertad guiando al pueblo” que pintó Eugène Delacroix en 1830. La mujer con un pecho fuera que representa el cuadro y que guía a los franceses es la Libertad. 

Por eso, cabe pensar que quizá, en nuestros tiempos, lo verdaderamente libre y revolucionario sea hablar de los pechos lejos de cualquier connotación erótica o sexual, -tal y como sucede ahora-, y ensalzarlos como símbolo de lo humano y de lo divino, en definitiva, del milagro de la vida.

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