El papa Francisco ha pedido no dejar solos a los ancianos, especialmente en el periodo de Navidad. Lo dijo en las felicitaciones navideñas a los empleados de la Santa Sede y Ciudad del Vaticano, quienes vinieron con sus familias al encuentro en el Aula Pablo VI el 23 de diciembre 2021
El Papa invitó a todos a todos a visitar a sus familiares y amigos ancianos durante este tiempo o, si no es posible, llamarlos por teléfono, considerando las precauciones por la pandemia.
“Que Jesús nazca en vuestros corazones y en vuestras familias”, deseo el Papa. ¿Y cómo nace Jesús? En el amor. “Ahí es donde nace Dios, donde el amor se concreta, se convierte en cercanía, se convierte en ternura, se convierte en compasión. Ahí está Dios.”
Entones, insistió en algo que le preocupa mucho, la condición de soledad y marginalidad de las personas mayores: “Si, por ejemplo, hay un abuelo o una abuela en la familia que ya no puede salir con facilidad, vayamos a verlo, con todo el cuidado que requiere la pandemia, pero vayamos, no los dejemos solos.”
“Y si no podemos ir, hagamos una llamada telefónica y hablemos un poco. Pero, sobre todo, en cuanto sea posible, vayamos a pasar un rato con él o ella”, añadió.
Luego contó una historia que le había contado su abuela Rosa: “Había una familia en la que el abuelo vivía con ellos y el abuelo envejeció. Y luego, en el almuerzo o la cena, cuando tomaba su sopa, se ensuciaba.
Y en un momento dado, el padre dijo: “No podemos vivir así, porque no podemos tener amigos en casa, con el abuelo…. Haré que el abuelo coma y cene en la cocina. Le haré una bonita mesa”, contó el Papa.
“Una semana después, llegó a casa y encontró a su hijo de diez años jugando con madera, clavos y un martillo…. “¿Qué estás haciendo?” – “Una mesita, papá.” – “¿Pero por qué?” – “Para ti, para cuando seas viejo”.
Entonces, el Papa recordó casi una ley del contrapaso: “No olvidemos que lo que sembramos, nuestros hijos lo sembrarán con nosotros. Por favor, no descuides a los abuelos, no descuides a los ancianos: son la sabiduría. “Sí, pero me hizo la vida imposible…”.
Perdona, olvida, como Dios te perdonará. Pero no te olvides de los mayores, porque esta cultura del descarte los deja de lado, siempre. Disculpen, pero para mí es importante hablar de los abuelos, y me gustaría que todos fuéramos por este camino”.
San José y María
A continuación, el pontífice exhortó a las familias que tenían dificultades, en particular a causa de la pandemia, que las confiaran a San José y a la Virgen María. “La familia es el lugar privilegiado donde se vive la Providencia de Dios”, les aseguró finalmente.
“Queridos amigos, me gustaría desearos a todos una Navidad en paz, especialmente si estáis pasando por un periodo difícil, con preocupaciones…. Todas las familias tienen preocupaciones, pero a veces hay situaciones más difíciles.
Rezo para que los que más lo necesitan reciban el don de la serenidad, tanto personal como familiar. La pandemia ha causado muchos problemas a las familias, tanto económicos como psicológicos.
Estoy pensando en los niños y adolescentes, que se han visto especialmente afectados por los periodos de aislamiento y aprendizaje a distancia. Pero cada edad ha tenido sus dificultades con la pandemia”.
Por último, pidió “hacer como San José: abandonarnos a Dios -eso es lo que significa dormir- para recibir sus mensajes”.
“Rezo por ti. También recen los unos por los otros, para que la comunidad de trabajo se fortalezca, se una más”.
“Pido a San José y a la Virgen que les acompañen en vuestro camino, y que Jesús, el Salvador, llene vuestros corazones y vuestros hogares de alegría y de paz. A todos ustedes y a sus familias, les deseo una feliz Navidad. Y le agradezco todo el trabajo que hace aquí: ¡muchas gracias!”.
Hoy celebramos a...