El de Boric fue un triunfo arrollador, “contra toda lógica”, comentaba para Aleteia un analista profesor universitario de Santiago.
“Es de esperar –agregó- que prime la sensatez y recobre los tres indicadores de gobernabilidad deteriorados: Primero, Estado de Derecho; segundo Estabilidad Política y Ausencia de Violencia; tercero Control de la Corrupción y derroche de los recursos fiscales”. Casi nada.
De nuevo, Chile en el disparadero de un cambio de timón que hace recordar tiempos superados donde la izquierda acentuaba las diferencias en lugar de armar juego de consenso. No obstante, el discurso del presidente electo Boric -el más votado en la historia- tiende puentes y formula líneas auspiciosas de lo que sería su Administración.
El diarioLa Tercera de Chile publica lo que ha llamado “las claves” de esa primera alocución pública como próximo inquilino de La Moneda:
“Frente a miles de personas en la Alameda –escribe Jorge Arellano-, Gabriel Boric planteó varios énfasis como la continuidad histórica; la unidad y el diálogo; la gradualidad de los cambios y la responsabilidad fiscal; el respeto a los Derechos Humanos, entre otros. También hubo guiños para Patricio Aylwin y Salvador Allende”.