“¡Hasta el cielo no paramos!”. He aquí el lema de Juan Andrés Verde, popularmente conocido como “El Gordo” (32), un joven sacerdote de la Arquidiócesis de Montevideo cuya historia pudiste conocer en Aleteia.
“El Gordo” Verde desde siempre se ha destacado por una fuerte presencia mediática en Uruguay, pero también por su pasado como jugador de rugby, algo que lo llevó hasta formar parte de la selección de su país ("Los Teros").
Pero ahora “El Gordo” Verde se ha transformado en protagonista de la edición MasterChef Celebrity Uruguay, el famoso formato internacional de cocina que tiene réplicas en varias partes del mundo. Lo hizo luego de sellar su pasaje a la final tras una emotiva instancia semifinal contra el músico y comediante Sebastián Almada.
Brutalidad y delicadeza
La última prueba que tuvo que superar “El Gordo” para meterse en la final no ha sido para nada sencilla y lo hizo con el desafío de tener que presentar un pulpo grillado.
Sin embargo, el camino a la final no estuvo exento de tropezones, desde algunos inicios un poco más bruscos con platos grandilocuentes, a su estilo, como hamburguesas, hasta los más delicados postres y presentaciones.
El propio Juan Andrés reconoció que si bien sus conocimientos de cocina eran muy básicos -a través de campamentos, ollas populares y retiros-, el aprendizaje que ha tenido le servirá para seguir alimentando al prójimo con amor, pero también con estilo gourmet.
“Sería un sueño para mi levantar esa copa”, dijo Juan Andrés.
El día que sintió el abrazo de su madre
Más allá de todos los conocimientos que “El Gordo” ha adquirido, y su visible evolución en la cocina, en cada episodio también se hacía latente un espíritu de excelencia que iba acompañado con una buena respuesta hacia sus compañeros, todas personalidades de los más diversos rubros artísticos y profesionales del país.
En cuanto al humor y buen clima, una de las imágenes más famosas, en la previa de cada competencia, era verlos corear a todos el famoso “¡Hasta el cielo no paramos!”.
Pero uno de los momentos más emotivos se dio cuando los competidores recibieron la visita de un familiar. En el caso de Juan Andrés, quien se hizo presente para acompañarlo fue su madre, la persona que lo alentó y motivó.
Una causa detrás
“Tengo un motivo muy especial por el cual asumí este desafío y a lo largo del programa ya lo iré compartiendo. Entiendo que hay gente que le puede gustar más o menos que un cura partícipe de estas competencias. En lo personal, no fue una decisión simple de tomar, hasta que entendí que es una gran oportunidad pa’ seguir llegando a diferentes hogares con un mensaje de esperanza en estos tiempos tan difíciles”, decía "El Gordo" en Instagram antes de que comenzar el certamen de cocina.
“Y éste es mi gran desafío: hoy la cocina se me transforma en un medio, para intentar alimentar corazones… ¡ojalá lo logremos! Desde una competencia divertida, familiar, exigente, desafiante, llena de condimentos y sabores”, agregaba en aquel entonces.
Pero la gran motivación de Juan Andrés para seguir dando lo mejor de sí mismo hasta el final son las personas de una zona vulnerable de Montevideo conocida como Santa Eugenia. Es por esa gente que Juan Andrés buscará ganar el premio mayor.
¿Finalmente un cura se transformará en maestro de cocina en Uruguay, unos de los países más laicos de América Latina? Sin dudas una curiosidad cuya respuesta se conocerá próximamente.