“Nace una nueva estrella en Barcelona”. Así lo anuncia la web de la Basílica de la Sagrada Familia, obra del genial arquitecto, Antonio Gaudí. Será la estrella que rematará la torre más alta del templo, hasta ahora, a falta de la Torre de Jesús, todavía por construir.
La torre de la Virgen María será inaugurada el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción de María. El pináculo, y la estrella de doce puntas, serán inauguradas con la celebración de la Santa Misa por el cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella por la tarde. Será cuando se iluminará la estrella. El cardenal Omella bendecirá la torre cuando se encienda por vez primera la estrella.
La torre de la Virgen María tiene una altura de 138 metros, la más alta de las que ahora forman el conjunto de la basílica, pero la más alta será la Torre de Jesús que medirá 172 metros.
Será la primera vez que toda la ciudad de Barcelona se unirá con actos de diverso tipo que durarán todas las Navidades. Actos culturales, religiosos, folclóricos. La torre de la Virgen María se iluminará por partes: la base quedará iluminada el día 4 de diciembre, luego el día 6 la parte central y, finalmente, el día 8 la parte superior, con la estrella.
La estrella gigante tiene 12 puntas, y está construida con acero (las aristas) y vidrio. Su luz llegará hasta la lejanía del mar, como la estrella que guía a los marineros, a las embarcaciones y a los pescadores. La estrella tiene un diámetro de 7,5 metros y su peso es de 5,5 toneladas. Cada punta mide 2,9 metros.
El cardenal Omella ha dicho que es todo un símbolo que al final de este año 2021, “después de un año de tanta oscuridad por la pandemia, y de lucha incansable en un momento extraordinario, se ha finalizado la torre de la Virgen María: serán 138 metros, que cambiará para siempre el perfil (skyline) Barcelona”.
Hablamos con el biógrafo de Antonio Gaudí, Josep María Tarragona, para que nos cuente el significado de la torre de la Virgen María en el conjunto de la basílica que se está construyendo. Tarragona es un escritor, historiador, ingeniero industrial y periodista que conoce todos los entresijos de la obra y vida de Gaudí.
P.- Gracias por esta entrevista para Aleteia. La torre de la Virgen María será la más alta hasta ahora del conjunto de la basílica. Pero queda mucho por hacer….
JMT.- Gaudí concibió un templo grandioso, con dieciocho torres. Ya se han
construido ocho: las cuatro de la Fachada del Nacimiento más las cuatro de la Fachada de la Pasión. La torre de María, que se inaugurará el 8 de diciembre, será la novena. Hacía 44 años que no se coronaba una torre, ya que las de la Fachada de la Pasión las había acabado el arquitecto Lluís Bonet i Garí en 1977.
Faltan, pues, la mitad de las torres: la de Jesucristo, las cuatro de los evangelistas y las cuatro de la Fachada de la Gloria. Además, aún hay que hacer las cubiertas, la segunda sacristía, acabar el claustro y la gran plaza de la entrada.
P.- Como biógrafo de Gaudí se imaginará qué pensaría el genial arquitecto al ver que toda Barcelona se vuelca en la inauguración de la torre de María, cuando en la construcción de las Sagrada Familia recibió tantas incomprensiones de los barceloneses….
JMT.- Gaudí decía a sus jóvenes colaboradores que vendrían multitudes de todo el mundo a Barcelona para ver lo que estaban haciendo. ¡Su amigo el poeta Joan Maragall profetizaba en su artículo “Una gràcia de caritat!”, en 1905: “Pronto Barcelona será la ciudad de aquel templo”. Y así es hoy: Barcelona es conocida mundialmente por las obras de Gaudí, comenzando por la Sagrada Familia.
P.- Se cree, o se creía, que la totalidad de la basílica estaría terminada para el año 2026, que coincide con el centenario de la muerte de Antonio Gaudí, sepultado en la cripta de la Sagrada Familia… O al menos que estaría la torre de Jesús, con 172 metros, señor Tarragona.
JMT.- Los arquitectos, dirigidos y coordinados por Jordi Faulí, habían programado todo para finalizar la arquitectura de la basílica (quedando todavía la escultura y las artes decorativas) en 2026, centenario de la muerte de Gaudí. Pero la pandemia ha desbaratado estos planes.
Cobra vigencia, pues, lo que comentaba el propio Antoni Gaudí cuando sus contemporáneos se lamentaban de la lentitud de las obras: “La obra de la Sagrada Familia va lentamente porque el Amo de esta Obra (Dios) no tiene prisa”. El genial artista no se cansaba de afirmar: “Todo es providencial en el templo de la Sagrada Familia”. Repetía a los que le pedían una fecha de finalización: “Este templo lo acabará san José”.
En los quince últimos años de su vida, dedicados en exclusiva al proyecto de la Sagrada Familia, decía de sí mismo: “La obra de la Sagrada Familia está en los designios de Dios y en las manos del pueblo; el arquitecto, viviendo con el pueblo y dirigiéndose a Dios, hace su trabajo. La Providencia, según sus altos designios, es la que lleva a cabo la obra.”
P.- Creo que es conveniente recordar que la Sagrada Familia—declarada Basílica por el papa Benedicto XVI que la consagró el año 2010— no cuesta un euro al erario público, pues quiso Gaudí que se construyera únicamente con la aportación de los fieles.
JMT.- Se trata de un templo “expiatorio”, es decir construido con limosnas de personas, no con presupuestos de instituciones públicas o privadas. Gaudí se identificó plenamente con este carácter expiatorio de las obras. Cuando entraron en déficit, en 1910, renunció a sus honorarios.
Y cuatro años más tarde, en 1914, cuando por la falta de limosnas y el déficit arrastrado se iba a decidir cerrar las obras, Gaudí se opuso con todo su coraje, y él mismo dedicaba las tardes a visitar a personas para pedirles donativos para pagar los salarios y los materiales. Gracias a su generosidad y su empeño, las obras continuaron y hoy podemos gozar de esta maravilla.