Se trata del monumento a la Virgen de Fátima que comenzó a construirse en 1951, justo en el lugar en el que el caudal de lava se desvió para no llegar a la Ermita de San Nicolás. Es un lugar emblemático que aún sigue resistiendo.
Ahora se encuentra rodeado de metros de ceniza y permanece inmóvil recordando la promesa que en aquel momento de hizo La Palma a la Virgen. La fotografía la hicieron los fotógrafos de I Love The World que pudieron acceder a la zona.